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El sector del automóvil y parte de la Administración frustran una subida de aranceles que iba a recaudar 47.000 millones de pesetas

Un proyecto ideado por Hacienda para recaudar 47.000 millones de pesetas hasta finales del próximo año ha sido definitivamente descartado, tras los argumentos opuestos por la industria del automóvil y la Administración comercial e industrial. La operación consistía en cancelar la exención de aranceles de que disfrutan las compras al exterior de motores, cajas de cambio y chapas. No obligar a los fabricantes a subir los precios interiores en al menos otro 2,5% adicional, así como garantizar la multinacionalización del sector, han sido los principales argumentos empleados para impedir que la reciente batida contra el déficit público salpicara más al sector, uno de los más afectados por la rebaja en la reducción de las desgravaciones a la exportación.Dentro del repaso a que sometió Hacienda antes del verano todos los ingresos y gastos del Estado, con el fin de reducir el déficit público en más de 300.000 millones de pesetas, uno de los objetivos se había fijado en el sector del automóvil. Pese a que suscitó desde el principio numerosos recelos en la Administración comercial e industrial, el proyecto se mantuvo incluso después de que el Gobierno descartara como medidas más rápidas contra el desequilibrio entre ingresos y gastos el subir los precios de la gasolina o las retenciones de cara al impuesto sobre la renta. Pero los inconvenientes puestos de manifiesto por el sector han reafirmado las muestras de oposición y han servido para olvidar la medida.

Se trataba de poner fin al régimen de exenciones imperante en determinadas compras al exterior por parte del sector del automóvil desde 1972, privilegio concedido con motivo de la instalación en España de Ford y que fue reforzado al venir General Motors. Por este mecanismo, se libran de aranceles las importaciones de chapas, motores y cajas de cambio utilizadas para fabricar coches que se venden en el mercado interior.

Como el arancel medio aplicado por España para los automóviles es del 25% y dichas compras suponen la décima parte del valor de las ventas interiores de vehículos terminados, los fabricantes se verían obligados a elevar sus precios al menos en otro 2,5% si quisieran mantener sus cuentas de resultados.

Para el Estado, la medida supondría elevar la recaudación por aranceles de aduanas en unos 14.000 millones de pesetas durante lo que resta de año, y a lo largo del próximo ejercicio en otros 33.000 millones.

Caen las ventas interiores

Sin embargo, el interés de las autoridades comerciales en no dar una imagen proteccionista, así como la oposición del Ministerio de Industria y de los empresarios del sector que se enteraron del proyecto, han frustrado el intento.Según medios próximos a los altos cargos comerciales e industriales que discutieron el proyecto, la no convocatoria de nuevos cupos libres de aranceles chocaría especialmente con la política de multinacionalizar la producción, una de cuyas principales piezas consiste en favorecer el lanzamiento de grandes series y, para ello, facilitar la importación del resto de los coches o de piezas cuya producción masiva no puede efectuarse en España.

Además de las motivaciones recaudatorias, desde Hacienda y desde algunos sectores del Gobierno se consideró en la discusión que, por el contrario, la equiparación de dichas importaciones a otras compras al exterior incentivaría, la producción de chapas, motores y cajas de cambio en España.

En este contexto, uno de los elementos que más parece haber influido a favor de la industria del automóvil a la hora de parar dicha medida ha sido la guerra de precios en que está inmerso el sector, como consecuencia del descenso de la demanda interna y de las crecientes dificultades para trasladar los aumentos de costes al público.

Las marcas, pese al aumento de sus exportaciones, así como a su libertad de precios, suelen coordinar las subidas, aunque sin embargo luego no son capaces de mantenerlas, por lo que libran desde mediados del año pasado una enconada batalla de descuentos y facilidades al público (regalos, ampliación de garantías, compromiso de recompra, etcétera). También han reforzado sus presupuestos de publicidad, que excederán este año los 11.000 millones de pesetas.

Cuando la medida estaba en discusión, los últimos datos de la Dirección General de Tráfico indicaban que las matriculaciones de vehículos llevadas a cabo durante los cuatro primeros meses del presente año, incluyendo también los vehículos importados, habían descendido un 5% respecto a igual período del año anterior.

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