Experiencia soviética para largos viajes espaciales

Dos científicos soviéticos han permanecido durante cinco meses en completo aislamiento en las mismas condiciones que hubieran soportado en un viaje espacial de esa duración, con objeto de verificar las posibilidades de autosuficiencia de una tripulación. En cinco meses hubieran podido ir de la Tierra a Marte y recorrer también una tercera parte del viaje de regreso.El experimento comenzó el 11 de noviembre de 1983, cuando Nikolai Bugrev y Serguei Alexev fueron encerrados en el Bios (vida), un complejo especial de 300 metros cuadrados construido en el Instituto de Biofísica de Krasnoyarks, en Siberia, donde permanecieron totalmente aislados, sin recibir nada del exterior -excepto energía eléctrica y programas de televisión-. Durante su encierro, los científicos cultivaron productos vegetales en plantaciones alumbradas por un sol artificial con los que cubrieron de un 60% a un 80% de su dieta diaria.

"Nuestro trabajo se basa en la circulación de las sustancias de la naturaleza", dice Iosif Guitelzon, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS y director del programa. "O sea, en el mecanismo principal del cual vive el hombre en la Tierra. Nuestros experimentos no están relacionados con vuelos espaciales determinados, pero por su carácter fundamental están directamente ligados a ellos. Creemos que llegará el tiempo en que la humanidad dejará de hablar de las guerras espaciales y abordará el tema de los vuelos espaciales prolongados en aras del progreso de la vida terrestre. Nos dedicamos a este problema, que con el tiempo no podrá ser resuelto con la ayuda de las naves espaciales de cargas tipo Progreso, las cuales, como se sabe, colocan en órbita todo lo necesario para asegurar un vuelo prolongado. En otras palabras, nuestro Bios es un modelo minúsculo del sistema terrestre donde todos vivimos. Naturalmente, nuestro trabajo no está relacionado sólo con los prolongados y lejanos viajes espaciales; también tiene un gran sentido biológico, ya que permite concluir que la vida en la Tierra, lamentablemente, todavía está mal organizada. Nosotros rechazamos la ruda competencia por los recursos naturales. Es mucho más importante aprender a emplear con mayor eficacia las posibilidades que nos ofrece la biosfera, ya que su potencial es prácticamente ilimitado".

Cultivos en el espacio

En las condiciones del Bios, por ejemplo, las plantaciones de trigo son capaces de rendir hasta seis cosechas al año. Expresado en términos terrestres, se pueden obtener unos 700 quintales métricos por hectárea. Los métodos de cultivo de cereales y legumbres experimentados en el Bios ya han descendido a la Tierra y están siendo empleados por los más destacados genetistas de la URSS para crear nuevas especies. Los procesos que ya se han probado se utilizan en muchas empresas agropecuarias, que abastecen de legumbres frescas a los habitantes del extremo norte soviético durante los nueve meses de invierno.