_
_
_
_

Los republicanos de Estados Unidos definen a partir de hoy un pensamiento político basado en el triunfalismo nacionalista

A partir de hoy, lunes, y durante cuatro días, el Partido Republicano de Ronald Reagan tendrá ocasión de explicar a los estadounidenses y al resto del mundo lo que piensan en materia de política interior y exterior, en su aspiración de mantener al actual equipo dirigente de la Casa Blanca por otros cuatro años. En definitiva, los republicanos van a definir su pensamiento político con una terminología de triunfalismo nacionalista y de optimismo de cara al futuro, que pueden ser claves para una nueva victoria de Reagan. "El Partido Republicano mira a nuestro pueblo y ve un nuevo amanecer para el espíritu americano", dice la plataforma política del partido.

Más información
La candidata demócrata a la vicepresidencia y su esposo deben dinero a Hacienda

La Convención Nacional Republicana de Dallas (Tejas) equivale a la expresión filosófica de lo que creen y desean aplicar los conservadores norteamericanos para dirigir los asuntos de Estados Unidos, con la consiguiente incidencia sobre la situación internacional.La convención, con 2.235 delegados unánimemente unidos detrás de su líder, Ronald Reagan, y del vicepresidente, George Bush, aprobará sin mayores dificultades una plataforma o programa político de contenido muy conservador. A continuación, una vez definida la doctrina, nombrarán como candidato presidencial al hombre con mayor carisma político para vender el programa republicano al electorado estadounidense: Ronald Reagan.

Giro conservador

En definitiva, los republicanos son muy conservdores en su gran mayoría y no dudan en preconizarlo. Los 103 miembros que han preparado la plataforma han definido puntos muy claros de lo que esperan de un eventual segundo mandato de Ronald Reagan si el actual presidente de EE UU gana otra vez la elección presidencial, que se celebra el próximo 6 de noviembre.

Hoy por hoy, con una ventaja de 23 puntos en las últimas encuestas por delante de su rival demócrata, Walter Mondale, el veterano presidente de 73 años de edad, Ronald Reagan, tiene todas las coordenadas a su favor.

Reagan cuenta, en primer lugar, con una recuperación económica en marcha, promete que no habrá nuevos impuestos, preconiza que todas las posibilidades están abiertas para los norteamericanos que quieran triunfar y defiende que gracias a su política de rearme Estados Unidos ha recuperado su liderzgo mundial frente a los soviéticos.

Para que no haya dudas ante el electorado republicano, la plataforma de la convención de Dallas corrige y mejora las actuales políticas de Ronald Reagan con un nuevo giro todavía más a la derecha: apoyo al reforzamiento del potencial militar de Estados Unidos para que prevalezca claramente en cualquier conflicto armado; oposición a cualquier aumento de impuestos; oposición a la actual legislación sobre el aborto; oposición a la enmienda constitucional sobre la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer; apoyo a la aplicación de la plegaria obligatoria en las escuelas. Tales son los ejes principales de una plataforma que marca la continuidad de lo que ya ha sido en gran parte la primera Administración de Ronald Reagan.

La Convención Nacional Republicana de Dallas -al mes de haberse celebrado la demócrata, en San Francisco, con el nombramiento de Walter Mondale como candidato presidencial- servirá también de foro para otros dos grandes temas del futuro de los republicanos. Presentar, en primer lugar, a los eventuales sustitutos de Ronald Reagan, con vistas a la presidencial de 1988, y en segundo lugar, mostrar que los republicanos también son profeministas.

Los 'delfines' de Reagan

El vicepresidente de EE UU, George Bush, segundo de a bordo en la Administración Reagan, es uno de los delfines mejor situados para el futuro. No hay que olvidar, sin embargo, a los senadores Howard Baker y Robert Dole, o al miembro de la Cámara de Representantes Jack Kemp, el hombre que lanzó la idea de reducir los impuestos un 25% en tres años, durante la anterior y triunfal campaña electoral de Ronald Reagan, en noviembre de 1980, en la que arrolló frente al presidente demócrata, James Carter.

Como réplica a la candidatura vicepresidencial demócrata de Geraldine Ferraro, los republicanos darán también prioridad al papel de la mujer en la Convención Nacional de Dallas. Hoy pronunciará el discurso de apertura la tesorera de EE UU, la hispana Catherine Ortega. Seguirán en las próximas jornadas de esta convención, que tiene más bien un carácter de puro trámite, discursos de las miembros del Gabinete de Reagan Elisabeth Dole y Margaret Heckler, junto a la embajadora norteamericana ante las Naciones Unidas y una de las teóricas más influyentes en la política intervencionista de. Ronald Reagan hacia Centroamérica, Jeane Kirkpatrick.

'Las mil y una noches'

Mientras impera la retórica política en el centro de convenciones -protegido por extremas medidas de seguridad, en una ciudad, Dallas, que fue escenario del asesinato del presidente demócrata John Kennedy, el 22 de noviembre de 1963-, fuera los republicanos están de fiesta. Con recepciones espectaculares, desde la bautizada como Las mil y una noches con disfraces y caviar, hasta la nombrada como Alaska en Tejas, donde los republicanos afortunados de Alaska ofrecen langosta a go-go, en un fabricado ambiente polar en el que son necesarios los abrigos de visón, en una ciudad con temperaturas de 30 grados a la sombra.

La mejor prueba de que los republicanos son ricos, y que desean demostrarlo, es que el coste de la convención de Dallas, casi cuatro millones de dólares (más de 652 millones de pesetas), no le ha costado ni un solo céntimo al contribuyente, en contra de los nueve millones de dólares (alrededor de 1.480 millones de pesetas) gastados en la convención demócrata de San Francisco, con gran parte a cargo del presupuesto municipal.

En Dallas, los millonarios tejanos y republicanos en esta séptima ciudad de EE UU, con un millón de habitantes, han sacado su chequera y han pagado totalmente el show republicano de Ronald Reagan. En un escenario completamente conservador como es la ciudad de Dallas y el Estado de Tejas en general, los republicanos unen esta semana política y espectáculo en Dallas. Muestran, de acuerdo con la creencia del sueño americano, que todos pueden triunfar en el paraíso estadounidense. Y que, a diferencia de otras latitudes, el triunfo aquí se pavonea.

Ganado y 'cowboys'

Para animar el show republicano no falta Baby star, un elefante de verdad vestido con la bandera americana, símbolo del Partido Republicano, contratado para animar las 77 grandes fiestas republicanas.

Los Cadillac descapotables, convertidos en taxis a 100 dólares la hora, van adornados con los cuernos típicos del ganado de Tejas, los long horne, mientras uno de los rancheros multimillonarios lleva todas las mañanas una manada de cabezas de ganado, guiadas por los típicos cowboys, por las orillas del río Trinidad hasta las cercanías del centro de convenciones.

Abundan los sombreros tejanos -al estilo del J. R. de la célebre serie de televisión Dallas- entre los delegados de una convención que celebra su triunfo con verdadero caviar, mientras los desheredados del milagro americano de Ronald Reagan protestan bajo tiendas de campaña en la bautizada como convención de los pobres, donde se come Tejas-caviar a base de judías secas, pimientos verdes y chile aliñado con aceite y vinagre, mientras denuncian las políticas sociales y de intervencionismo exterior de la actual Administración estadounidense y preparan un festial bajo el lema "Anti-Reagan rock".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_