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El juego de la inversión a corto plazo

La sesión de cierre semanal en las bolsas reafirmó, una vez más, su capacidad para recrearse en la propia suerte. No deja de resultar curioso el que las expectativas de los valores eléctricos por acercar sus posiciones a un nivel óptimo para poder efectuar una ampliación de capital se hayan mantenido intactas durante todo el tiempo en que las presiones vendedoras hicieron caer los precios. Los volúmenes de las compras a crédito, muy altos para ser un mero producto de la especulación, parecían avalar estas pretensiones, y tras el espectáculo del jueves, quedaban claras algunas posturas al respecto. Las solícitas atenciones de que, en estas dos sesiones, han sido objeto, algunos valores eléctricos deben servir como referencia, y las lecturas que de la evolución de estos corros en los dos últimos días haga cada uno van a marcar la pauta por la que se regirán los mercados en las fechas próximas.Parece obvio que en la jornada de cierre no había acuerdo sobre la posición a adoptar, y el dinero y el papel, lejos de buscarse, recelaban el uno de las intenciones del otro. El mercado había entrado en el juego de la inversión a corto plazo, y todas aquellas expectativas que en su día generara el acuerdo sobre las compensaciones quedaron relegadas a un segundo término. Factores tales como la rentabilidad, el precio del dólar o los tipos de interés estadounidenses eran cuestiones de escasa importancia ante las posibilidades que ofrecen los mercados por sí mismos.

Ante estas circunstancias, no es de extrañar que los valores eléctricos exhibiesen todo tipo de dudas ante una nueva aparición de papel, que no encajaba con el corte radical de la corriente vendedora de la jornada anterior. Tan sólo en la segunda fila se pudieron observar algunas intenciones compradoras claras, únicos testimonios de la postura que potenció la última tendencia al alza en los mercados.

Parecida fue la situación en el sector bancario, en él que los siete grandes registraron una discreta mejoría, todavía con la presencia de órdenes vendedoras. Las bajas de estos valores en las últimas jornadas son causa suficiente para la desaparición de la mayor parte de las partidas que buscaban la retirada de beneficios, por lo que no hay que suponer que el pequeño resto comprador que estas entidades presentaron constituya por sí mismo una reactivación de la demanda de sus títulos. Pero lo que sí puede suponerse es que los avances obtenidos representan un incentivo importante.

Entre los valores destacados de la sesión, estuvieron los de construcción, a pesar de que el grupo cierra la semana con pérdidas. Los avances de Dragados y Vallehermoso contrastaron con la falta de actividad de las cementeras, que optaron, como muchos otros valores, por no realizar cambios ante la falta de definición de las posiciones. Entre las químicas, Petróleos pagó en parte sus alegrías del día anterior, perdiendo cuatro enteros en la Bolsa de Madrid, y los rumores continuaron con su labor en torno a Energías, que en casi todos los mercados superó la par.

Con todas estas pinceladas se logró componer un cuadro tan abigarrado, que ni los más expertos del lugar eran capaces de arriesgar un pronóstico de cara a la semana próxima. Nadie podía olvidar la presencia del papel y la falta de decisión de los compradores, por lo que para el lunes se espera que sean decisivos los primeros corros.

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