Pasión electoral en Brasil por vez primera desde 1961

Brasil ha empezado a vivir esta semana, tras 20 años de régimen militar, una situación que la memoria popular había prácticamente archivado: una campaña presidencial en la que ni siquiera falta la pasión. Las últimas elecciones por sufragio universal fueron las realizadas a finales de 1961. El ganador fue Janio Quadros, que renunció en agosto de 1961 y fue reemplazado por el vicepresidente Joáo Goulart, depuesto por un golpe militar en marzo de 1964.La campaña iniciada el pasado lunes, sin embargo, no culminará con la disputa de los votos populares. Los dos candidatos -el oficialista Paulo Salim Maluf y el opositor Tancredo Neves- disputan los 686 votos de un colegio electoral integrado por senadores, diputados federales y seis delegados por cada uno de los 22 Estados. Sin embargo, el clima es, desde el primer momento, como el de los viejos tiempos.

El régimen encabezado por el general Joâo Figueiredo encara la, perspectiva de ser derrotado como una cuestión vital. Sabe quede esa derrota no habrá retorno posible, y por ello el poder, acostumbrado hasta ahora, a ver reducida a disputas internas la designación del general de turno para la Presidencia, decidió encarar la situación como si se tratase de una guerra a muerte. Para neutralizar el favoritismo del candidato opositor, el Gobierno de Figueiredo anunció ya su decisión de movilizar todo el formidable aparato del Estado para respaldar a Maluf.

En por lo menos un aspecto, la opinión pública y el presidente coincidían hasta hace pocos días: el rechazo a la figura de Paulo Salim Maluf. Figueiredo, sin embargo, decidió respaldar al hombre que logró ganar la designación de su partido para no quedarse alejado de la lucha contra Neves.

Primera decisión del presidente: pedir apoyo a todos los gobernantes del partido oficialista, el PDS (Partido Democrático y Social). De los 12 gobernadores convocados a una reunión de emergencia, sólo nueve comparecieron. Y de esos nueve, sólo cuatro han dado su respaldo inmediato. Los demás prefieren, según afirmaron, "consultar a las bases".

Segunda medida: anunciar que el candidato del PDS pasará a acompañar al presidente en todos los viajes políticos que efectúe por el país. Resultado ya se sabe que, en los próximos meses, la figura presidencial será vista en por lo menos una docena de Estados brasileños -por coincidencia, los más importantes.

Tercera medida: anunciar que está en estudio una medida de emergencia que rebajaría en un 25% las amortizaciones mensuales cobradas por el Gobierno de viviendas construidas en planes populares del Estado.

A la oposición, sin embargo, le queda un terreno donde el Gobierno y su candidato tiene muy poco espacio: la opinión pública.