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CANARIAS

La policía investiga la desaparición de un francés supuestamente vinculado a la Mafia

La desaparición de su hogar, en el Puerto de la Cruz (Tenerife), el pasado día 5 de julio, del empresario turístico francés Jean Paul Raguet, de 43 años de edad, ha movilizado a la policía y a los servicios de información de la Guardia Civil en su búsqueda sin que hasta el momento se tengan noticias de su paradero. Sobre Raguet, expulsado en tres ocasiones de Canarias por su conducta irregular, y a quien la Interpol vincula con la mafia, pesa una incierta sospecha de haber participado en la creación de los GAL (Grupos Armados de Liberación), aunque fuentes próximas a su persona lo han negado siempre de forma rotunda.

La polémica personalidad, del súbdito francés, expulsado en tres ocasiones de Canarias y al que se le retiró en 1975 su documentación de residencia en las islas, arroja una cortina de misterio sobre su paradero. El secuestro, el asesinato o el suicidio son las hipótesis oficiales que se barajan sobre el destino de este francés, al que un informe de Interpol vincula con familias mafiosas internacionales. La última persona que le vio fue Natalie, una francesa a la que le unía buena amistad. Había trabajado para él hace 13 años como cajera en una discoteca propiedad de Raguet situada, en el Puerto de la Cruz (Tenerife), cuyo negocio era fuente de problemas con la policía española.Natalie recuerda que fue el jueves día 5 de julio, a la una de la tarde, cuando, al abandonar su vivienda en la que ocupaba una habitación Raguet, advirtió que éste se encontraba en la calle con intención de realizar su paseo diario. Vestía camiseta deportiva, pantalón vaquero desgastado y unos zapatos con mucho uso. No llegó a despedirse porque se encontraban algo distanciados. "Pensé que lo vería por la tarde para salir a pasear", cuenta Natalie, que no tuvo problemas en ofrecerle una habitación en la casa a su amigo cuando éste se lo pidió, "porque se encontraba muy solo y sin una perra". Según la misma, había perdido desde su llegada a Tenerife, en 1964, 20 millones de pesetas.

Raguet había recibido este año varias amenazas de muerte, a través del teléfono, de comunicantes anónimos. La fortaleza física y mental que siempre le habían caracterizado habían languidecido progresivamente. Era cinturón negro de karate y un gran aficionado a la velocidad. En mayo pasado sufrió una fuerte depresión, que venía arrastrando hasta el día en que se perdió su contacto. Sus amigos recuerdan que había que obligarle a comer.

Otra de las personas que estuvo con él pocos días antes de que se le perdiera su pista fue el doctor Febles, de la clínica Bellevue, en el Puerto de la Cruz. Acudió a este establecimiento hospitalario, situado cerca de su casa, porque ya le conocía de cuando padeció otra depresión dos años atrás.

En un primer momento se pensó en medios policiales que Raguet había protagonizado una de las clásicas espantadas a las que era muy aficionado. Sin embargo, su abogado particular y los amigos más próximos no coinciden con esa hipótesis, ya que no era normal que el francés dejara abandonadas su agenda y una cartera negra con papeles confidenciales cuando realizaba un viaje, aunque fuera inesperado. La tesis, por tanto, apuntada por éstos se inclina hacia un posible secuestro o asesinato.

Fuentes de la policía reconocen que, a pesar del tiempo transcurrido desde la desaparición, aún no se posee una línea concreta de investigación. "Cualquier dato, por descabellado que sea, nos será útil", señalan en medios policiales. Durante la investigación, en la que intervienen también los servicios de información de la Guardia Civil, se han producido dos filtraciones: una llamada anónima a un amigo de Raguet, en Madrid, al que le decían que éste se podía encontrar en la isla de Fuerteventura, y la sospecha policial de que hubiera huido a Madeira en unaavioneta. Algunas fechas antes de la desaparición, el francés elaboraba con un periodista en Tenerife una información que tenía visos de escándalo y en la que se hacía alusión a un tráfico de diamantes. Raguet había declarado al periódico El Día, de Tenerife, en 1981: "Yo tengo documentos capaces de implicar a varias personas. Es evidente que sé demasiado. Lo mejor, entonces, es echarme a toda costa de España".

Entrevista con el gobernador

El actual delegado del Gobierno en Canarias, Eligio Hemández, tenía prevista una entrevista con Raguet para algunos días después de la citada fecha. La personalidad del francés es calificada como "compleja y conflictiva" en medios policiales. Sus problemas legales se iniciaron en 1967, a raíz de una denuncia formulada contra él como propietario de la discoteca Golden Blue por prohibir la entrada de españoles a dicha sala de fiestas. Desde ese momento y hasta que se ordenó el cierre definitivo de la sala de baile en 1979, las denuncias y las sanciones llovieron sobre su persona.Concretamente, fue multado hace nueve años con una sanción de 10.000 pesetas y el cierre de la discoteca (se produjeron posteriormente dos más) por no permitir a marineros de la Armada española que accedieran a su negocio. Esta serie de hechos provocó que el Gobierno Civil de la provincia enviara en 1979 un informe al Ministerio del Interior en el que se atribuían a Raguet conductas antisociales tales como la de hurto, tráfico de estupefacientes, agresiones, daños, escándalos y amenazas. El francés aseguraba, en cambio, que ningún juez español lo había condenado y que además poseía informes de buena conducta expedidos por la policía y la GuardiaCivil.

Cuatro años antes, el jefe de extranjería de la comisaría de policía de Puerto de la Cruz, Vicente Moratalla, le comunicó que por orden de la Dirección General de Segridad se le ordenaba que abandonara el, territorio, al tiempo que le eran retirados los permisos de residencia y de trabajo, que no ha podido recuperar desde ese momento. Por este motivo, se ha visto obligado a residir hasta la actualidad en Canarias en régimen de turista. Se trataba de una de las tres expulsiones sufridas por comportamiento incorrecto al frente de su discoteca. En 1979 se decretó el cierre definitivo de la sala de baile.

Dos años más tarde, Raguet protagoniza un escándalo periodístico al denunciar públicamente al inspector Moratalla y a un funcionario del Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife, Estanislao Brotons, de falsificar la firma de su titular, Jesús Javier Rebollo, y de otros dos gobernadores civiles en los documentos públicos de su expulsión. Los presuntos falsificadores desmintieron las acusaciones del francés, y el juzgado de La Orotava (Tenerife) inició la causa 1034/81, que se encuentra aún en fase de diligencia previa.

Por otra parte, el jefe del gabinete técnico del Gobierno Civil presentó una querella por injurias contra Raguet, que sigue su curso en la Audiencia Provincial de Madrid. El francés había aportado un informe pericial particular que le daba la razón y estaba a la espera estos días de otro estudio similar del gabinete central de identifica ción de la Dirección General de Seguridad. En 1979 había descubierto en el buzón de su casa un sobre que contenía una bala de 9 milímetros Parabellum. En abril de 1980 contó Raguet en una ocasión que dos hombres le advirtieron en la calle que "o cerraba la boca y dejaba de armar follones o tendría serios problemas".

Buenas conexiones

El caso Raguet ha traído de cabeza, por lo menos desde 1977, a cuatro gobernadores civiles: Luis Mardones Sevilla, Modesto Fraile Poujade, Jesús Javier Rebollo y Elligio Herriández. A través del tiempo, y a raíz de las sucesivas órdenes de expulsión, el francés ha demostrado que poseefuertes influencias en Madrid. En varias ocasiones, presiones oficiales han obligado a revisar su asunto. Luis Mardones recuerda que en su época de gobernador civil en Santa Cruz de Tenerife tuvo que apoyarseen un informe de la Interpol francesa para conseguir ponerle en la frontera."Recibí presiones de la representación diplomática en España y de altos cargos de la Administración, pero a todos dije que lo único que se podía hacer era devolverlo a su país de origen", señala. El informe de Interpol, recuerda Mardones Sevilla, lo definía como "un mafloso internacional que, entre otras cosas, se dedicaba al tráfico de divisas y oscuros negocios internacionales". El ex gobernador civil reconoce que en aquella ocasión llegó a recibir consultas sobre el caso de la Dirección General de Seguridad. Miembros del Ministerio del Interior, cuando tenía como titular a Antonio Ibáñez Freire, también se interesaron por el caso.

Por su parte, el último gobernador civil de Santa Cruz de Tenenfe, durante el mandato de UCD, Jesús Javier Rebollo, protagonista directo de la denuncia de Raguet sobre la posible falsificación de su firma, coincide con Mardones en que los informes policiales le caracterizaban como "un visitante indeseable que rompía los moldes convencionales del empresario turístico de las islas".

Los intentos de diferentes gobernadores civiles de Santa Cruz de Tenerife, desde hace unos siete años, para expulsarle del país han tropezado siempre con "algunas presiones de Madrid".

Según algunas fuentes, un informe oficial de fecha reciente califica su caso de secreto de Estado. Dicho documento aconsejaba, ante un último intento de expulsarle del país, que no se dificultara su permanencia en España.

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