La 'beautiful people' se aburre en Mallorca
La isla ha dejado de ser punto de encuentro agosteño de ricos y famosos, a falta de fiestas y acontecimientos sociales
Miguel Boyer, que pasa unos días en Marbella, es el personaje del verano en Mallorca. El más mentado, claro está. Él tiene la culpa, según los veraneantes ricos y según los que viven de ellos (porque los que viven de los veraneantes pobres -un 93%- no se quejan), de que no haya dinero. Los restaurantes caros no venden vino de reserva, es dificil encontrar a alguien que navegue a diario con su yate, y los barcos fondeados en los muelles del Club de Mar son utilizados mas¡ vamente como hoieles. ¿Para qué hablar de la clásica travesía Palma-Marbella, que es sólo un recuerdo de tiempos mejores?Hasta la ex emperatriz Soraya, fija en el veraneo mallorquín -y buena inversión para los caseros que le alquilan sus Viviendas pues dos de los últimos las vendieron en seguida y a buen precio-, pasó apuros para pagar la cuenta al término de la cena que ofreció a un grupo de amigos en el restaurante del club marítimo palmesano.
Fotógrafos y free lancers, que comen una buena parte del año de los beneficios que dejan los reportajes deJos famosos, nunca habían entrado en crisis como hasta ahora. No es que no haya turismo, pues la ocupación, después de un julio negro, está por encima del 90%. Es que, con excepciones, no hay personajes de los que salen en las revistas del corazón. Y eso se nota. El ambiente está aburrido como nunca. Tampoco hay un Julio Iglesias que revolucione, la isla, como el verano anterior.
En este río revuelto, la ganancia ha sido para Sara Montiel, que ha dado la gala del verano hace unos días, Logró, como Julio, que asistieran la reina Sofía, el príncipe Felipe y la infanta Cristina -pues el recital era benéfico- y el ex canciller austriaco Bruno Kreisky y su esposa, queridos y conocidos en la Costa d'En Blanes, donde pasan frecuentes temporadas desde que se retiraron de la política activa El verano está siendo un páramo en,el mundo del espectáculo, si descontamos el festival de teatro de julio pasado, donde se pudo ver en Palma a Vittorio Gassman, al Pequeño Teatro de Milán, a Lindsay Kemp, al Magic Circus, etcétera.
Los aristócratas, en puridad vienen poco, o han dejado de venir, porque, a lo largo de 11 años, los Reyes, antes príncipes, marcaron las distancias y dejaron claro que no tenían intención de participar en fiestas sociales ni de formar corte alguna. Si acaso este año, que don Juan. de Borbón ha tenido fondeado el yate Giralda cerca de dos semanas en el Club de Mar, en el Áncora, de Palma, o en el Miramar, del puerto de Andratx (adonde suelen acudir en alguna ocasión el príncipe y las infantas, como alguna vez han visitado la discoteca del Club de Mar), se han visto caras menos habituales del veraneo mallorquín, como el duque de Alburquerque o el conde de Gamazo, en compañía del padre del Rey.
El silencio y la prudencia de la Casa del Rey ante el rumor de un futuro compromiso de la infanta Elena con el hijo de los duques de Wurtemberg, Eberhard, concitó en la segunda heredera del Trono. de España una mayor atención de reporteros gráficos. Hasta que el Rey, en una recepción informal con fotógrafós, aclaró las cosas: de noviago nada; sólo son amigos, dijo. Los Wurtemberg ni siquiera vendrán este año a Mallorca, como acostumbran, a ninguna de las dos casas que tienen en la isla: Sherezade, en la urbanización Sol de ,Mallorca, junto al casino -donde se puede ver jugar a Chicho Ibáñez Serrador o al doctor René Kovacs-, y La Perla, en las afueras de Andratx.
Sólo un ministro
Sólo un ministro optó por la isla este año, Narcís Serra, que nada más tocar Palma fue directamente al palacio de Marivent para cumplimentar- al Rey y no perder ni un minuto antes de instalarse- en Deia, donde tiene casa y se encuentra bastante enfermo Robert Graves. La mañana de su .llegada, el ministro de Defensa, que se relaja en sus vacaciones con la música de Wagner, tomó el Doctor Faustus de Thomas Mann y una toalla y con su mujer, Concha, ocupó el mismo peflasco del pasado año en la rocosa cala de Deia.
Lo primero que hizo José Ramón Alvarez Rendueles nada más dejar de ser gobernador del Banco de España, después de siete años, fue tomarse las merecidas vacaciones en Mallorca, donde tiene casa y donde era una de los habituales del club de golf de Santa Ponsa, Con Serra y el presidente Felipe González, fue uno de los tres personajes a los que don Juan Carlos ha recibido oficialmente en Marivent.
Las estancias de los famosos estári siendo cortas, como queda dicho. Y además, a diferencia de Marbella, donde intentan lucirse o van a que los vean, en Mallorca parecen venir a pasar lo más inadvertidos posible. Como Adolfo Suárez, cuya goleta alquilada Idus de Marzo, famosa por su expedición a la Antártida, ha estado varios días atracada en el muelle del Club de Mar, justo enfrente del auditorio, como si fuese un maleficio que persigue al duque, que señaló el principio de la imparable caída de UCD. Suárez estuvo en la isla dos veces en los últimos siete días. La primera, sólo unas horas, pasó inadvertido y pudo haberse entrevistado, a bordo del yate Hiba, con un alto representante del Gobierno saudí, cosa que Suárez no quiso confirmar ni desmentir. La segunda, para recordar, mientras le era inevitable dejarse flatografiar, que "los datos de la transición los tengo únicamente yo".
Directo, como el diputado socialista Pablo Castellano, que estuvo unos días en Mallorca haciendo un curso de vela y que, a propósito de sus polémicas declaraciones sobre Ceuta y Melilla y otras recientes, dijo: "Yo digo lo que pienso -porque no quiero ser un hijo de puta". Los ex ministros José María de Areilza, en Formentor, y Rodolfo Martín Villa, en Cala d'Or, pasaron por la isla como de puntillas.
Los paparazzi que se ganari la vida con esto, han echado cuentas de beneficios y han vuelto los ojos a los habituales de los últimos años, como Miriam Petacci, la hermana de Clara, amante de Mussolini desde 1936 hasta que ambos fueron ejecutados cuando íntentaban huir de la Italia liberada. Como Mildred Scheel, esposa del ex presidente alemán; el escritor Frederick Forsyth, el escultor Ben Jakober, los pintores John Ulbricht, Nils Burwitz, el director de cine David Hamilton, la cantante Rita Pavone, etcétera.
Sin abandonar la especulación cuasianual de la presencia de la otra ex emperatriz de Irán, Farah Diba, que aún no ha comparecido en Mallorca, ni la supuesta instalación en Valldemosa, a partir de octubre, de la escritora Patricia Highsmith.
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