El SEPLA expulsa al director de operaciones de Iberia

El Sindicato Español de Líneas Aéreas (SEPLA) ha expulsado de la organización a los comandantes José María Ordovás, director de Operaciones de Iberia, a su hermano, Jaime Ordovás, subdirector de Control General de la Red, y a Víctor Castillo Arévalo, adjunto al subdirector de Vuelo, según confirmaron ayer en medios del sindicato de pilotos.Las citadas fuentes señalaron que las tres expulsiones obedecían a "la actitud que estos tres comandantes mantuvieron durante el reciente conflicto, contraria a los intereses de los pilotos". De acuerdo con estas informaciones, los comandantes citados desarrollaron actividades encaminadas a hacer fracasar la huelga en una postura que "puede ser calificada de esquirolaje".

Por otra parte, la dirección de Iberia ha citado, a uno de los 34 pilotos, que habían aprobado el examen de ingreso en la compañía y se encontraban pendientes de ingreso, para proceder al reconocimiento médico previo a su integración en la empresa. Con ello, se cumple la parte del laudo que obligaba a Iberia a mantener su actual plantilla, cubriendo las vacantes que se pudieran producir con uno de los 34 pilotos citados.

Hace unos días, el SEPLA había informado que el comandante Eugenio Merino había llegado a la edad de jubilación y no se le programaban vuelos desde el mes de agosto. El sindicato anunció que para cumplir el laudo arbitral, dictado por Juan Ignacio Moltó, Ibería se vería obligada a contratar a uno de los 34 pilotos, cuyo ingreso en la compañía había sido una de las reivindicaciones esgrimidas por el SEPLA a lo largo del conflicto.

Mientras tanto, los retrasos registrados en los vuelos de Iberia durante las dos últimas semanas tocaron ayer a su fin, según informaron fuentes de la propia empresa. Sin embargo, otras fuentes cercanas a la compañía subrayaron que las anomalías aún no habían concluido y que Iberia había estado suministrando una información falseada sobre los índices de retraso.

De acuerdo con estas informaciones, mientras la compañía anunciaba que el 70%. de los vuelos salía a su hora la realidad era que el 70%, de los servicios sufrían retrasos injustificados. Ello a pesar de que el margen de demora se amplió de cinco a 10 minutos, y, posteriormente, a 15. Aunque Iberia y el SEPLA negaron siempre que las anomalías pudieran tener su origen en la aplicación de una huelga de celo, las fuentes insistieron a este periódico que los pilotos venían realizando su trabajo siguiendo rigurosamente las instrucciones de Iberia, -fórmula muy semejante al trabajo a reglamento-, lo que estaba produciendo retrasos en los servicios. "Más que una huelga de celo existe una cierta actitud de desánimo que se traduce en un peor servicio".