"Mi hermano es un autómata"
La actitud de los siete adictos a Ceis sometidos a desprogramación pone en evidencia lo arraigado de la influencia de Lapiedra y de sus colaboradores, los guías. Los adeptos, según sus palabras, simularon haber entrado en un proceso de revisión de sus ideas, para más tarde, una vez libres, reintegrarse a la secta y presentar denuncias contra los desprogramadores, contra los policías autonómicos y contra sus propios familiares.Los familiares, en sus denuncias presentadas en marzo y mayo pasados ante la Generalitat, ya indicaban que sus parientes adictos al Ceis "no razonan, literalmente no piensan, han perdido la propia voluntad de decisión ( ... ) Sus guías han anulado su capacidad de decisión y de pensamiento". "Créame", señalaba uno de los denunciantes, "ini hermano se está convirtiendo en un autómata. Todo, todo, lo consulta con su guía". Lo que más sorprendió a los familiares fue la alteración suffida en el carácter de los adeptos, que se convierte en agresivo y violento. Cambiaron sus aficiones y sus sentimientos más íntimos. La denuncia de los familiares de una adepta señalaba que "nos considera a todos los de fuera de la secta como seres inferiores y despreciables( ... ) Sus puntos de vista son provocados por el adoctrinamiento; emplea un vocabulario para nosotros nuevo y desconcertante". Y añadía: "Tiene un hijo nacido el 17 de febrero, de quien manifiesta ignorar quién puede ser su verdadero padre, pero cuya paternidad ha sido adjudicada a su pareja (Valentín), impuesto por Vicente (Lapiedra)". Las denuncias hacen referencia a casos de suicidio frustrado, a la entrega de dinero a Lapiedra y a prostitución.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.