La joven francesa podrá quedar embarazada de su difunto marido

Una joven francesa de 23 años, Corinne Parpalaix, vio reconocido ayer el derecho a quedar embarazada con el esperma de su difunto marido. La sentencia dictada por un tribunal de Creteil, localidad próxima a París, se produjo después de una batalla jurídica en la que la joven luchó porque se le restituyera el esperma congelado de su marido, Alain, muerto en diciembre del año pasado de un cáncer de testículos.Corinne, contable en la prefectura de Marsella, y Alain Parpalaix, inspector de policía, se casaron en diciembre pasado, 48 horas antes de la muerte de aquel. Meses antes, Alain, que había sufrido ya varias operaciones, había depositado su esperma en un centro especializado por consejo de un médico, ya que corría el riesgo quedar estéril.

El centro en el que se hallaba el esperma se negó a facilitárselo a la muchacha, por lo que ésta se dirigió al Ministerio de la Salud, que alegó que no había precedente jurídico.

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