La bofetada del doctor
Al término del encuentro de baloncesto España-Canadá, con los nervios todavía en tensión, el doctor Guillén propinó una bofetada, más provocativa que ofensiva, a un empleado de la organización de los Juegos.El empleado había intentado desconectar el cable de la cámara de un operador español y su respuesta fue irse a por él enarbolando todos los insultos posibles. Los protagonistas del revuelo se encararon y entonces al doctor Guillén no se le ocurrió mejor acción que darle una bofetada.
El empleado no respondió a la agresión y así evitó una batalla campal. Los aficionados españoles, entre los que estaban varios deportistas -el equipo de balonmano en pleno-, ya habían rodeado a los contendientes, al mismo tiempo que defensores del empleado también se aprestaban a la batalla. Al final imperó la calma.