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26 muertos en Trípoli por diferencias entre milicias sobre dónde realizar unos exámenes

Veintiséis personas han perdido la vida y otras 181 han resultado heridas tras 24 horas de combates registrados en la ciudad libanesa de Trípoli entre milicias pro y antisirias, debido a discrepancias sobre el lugar donde deberían celebrarse unos exámenes. El primer ministro libanés, Rachid Karame, de visita oficial en Siria, manifestó en Damasco que "estos hechos no son aceptables en un momento en que todo el país busca la salvación".Los combates se iniciaron el miércoles a primera hora de la tarde, y aún ayer por la mañana se registraban duelos artilleros entre la milicia prosiria del Partido Demócrata Árabe (PDA) y el Movimiento de Unificación Islámica, sunita. A mediodía los enfrentamientos habían quedado reducidos a disparos de francotiradores en las tradicionales zonas donde se se producen estos incidentes, pero en el resto de la ciudad había normalidad. De hecho, a las tres de la tarde entraba en vigor un alto el fuego acordado por el comité de seguridad en el que están presentes todos los partidos.

El estallido de este nuevo brote de violencia estuvo motivado por la decisión gubernamental de celebrar unos exámenes equivalentes a la reválida de Bachillerato. Tradicionalmente, los exámenes se venían celebrando en un edificio que se encuentra en el área controlada por el PDA, pero los sunitas exigieron que las pruebas se hicieran en una zona bajo su control.

El Ministerio de Educación decidió suspender los exámenes tanto en el norte de Líbano, debido a estos incidentes, como en el sur, ocupado por Israel, porque las autoridades de ocupación no permitieron que los cuestionarios entraran en la zona.

Karame llegó por la mañana a Damasco, donde por la tarde se entrevistó con el presidente Hafez el Asad. Previamente, el primer ministro libanés tuvo un encuentro con su colega sirio, Abdelrauf Al Kasm, con quien abordó, según la agencia Sana, en Damasco, "cuestiones relativas a la situación libanesa y los pasos dados para conseguir la reconciliación nacional, la seguridad y la paz en Líbano".

En el programa de normalización de la vida en Beirut, el Gobierno de Karame tiene previsto demoler rápidamente todos los vestigios de separación entre los sectores cristiano y musulmán de la ciudad.

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