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Preparativos de los Juegos Oímpicos de Los Ángeles

La vela española o cómo improvisar un triunfo

"O nos llevamos los laureles o nos dan en la cabeza con ellos". Ésta es la filosfía de José María Benavides, uno de los preparadores del equipo olímpico español, que día9 antes de viajar a California aceptaba con resignación las estrecheces económicas por las que tienen -que pasar él y "sus chicos", pero orgulloso de que "cualquiera de nosotros es capaz de administrarse y organizarse los viajes sin necesidad. de otras ayudas, porque estamos acostumbrados a todo".Para Benavides, "Francia es el espejo donde deberíamos mirarnos". El equipo olímpico francés ha contado con presupuesto superior a los 120 millones de pesetas y posee hasta meteorólogos. Los italianos han movido unos 140 millones, y Austria, un país montañero por excelencia, se ha gastado 88 millones. "Aquí vamos un poco, con alpargatas. Todo lo improvisamos, pero ninguno posee nuestra chispa y rabia".

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España, al no poseer flota, debe enviar a sus mejores hombres a regatear al extranjero y todo con un escuálido presupuesto global de 30 millones de pesetas, en el que están incluidas las aportaciones de la firma comercial Zanussi, patrocinador del equipo olímpico español, Pero no terminan aquí las desventuras. En nuestro país prácticamente no existen astilleros y todo el material debe adquirirse fuera, lo que origina situaciones rocambolescas, que obligan a nuestros regatistas a bordear la ilegalidad (ver EL PAIS del 27 de febrero) cuando intentan pasar por las aduanas sus barcos.

Al Mundial de Nueva Zelanda no se pudo asistir, pero, entre bocadillos, platos combinados en el autoservicio de la esquina y hoteles modestos para no disparar unas dietas ridículas de 5.500 pesetas, hombres como Gorostegui y Abascal se encuentran en condiciones de afrontar con éxito los Juegos Olímpicos. "El único problema es que falta tiempo y dinero, porque las cosas no se han hecho tan mal. Tenemos un presidente que se ha dejado la piel en estos años, hasta el punto de que ha tenido varios amagos de infarto, y todo por la vela".

Pero la buena voluntad no puede ocultar errores de bulto, como puede ser el hecho de que el equipo olímpico español de vela no haya recibido hasta unos días antes de partir hacia California un detallado informe sobre las condiciones climatológicas y marítimas de Puerto Marina, en Long Beach, donde se disputarán las regatas. Este informe lo envió el Comité Organizador de los Juegos el pasado mes de febrero, pero debió perderse por el camino. El que ha Regado a manos de los preparadores del equipo español es de un guatemalteco amigo suyo.

El futuro de la vela española tampoco es muy halagüeño mientras no se modifiquen algunas estructuras. "El tiempo es nuestro caballo de batalla", asegura Benavides. "Cuando le gente tiene que regatear se encuentra en plena época de exámenes. Las facultades se desentienden del problema y los chicos necesitarían que un día tuviera 36 horas. Al final, cuando se hartan, abandonan".

Una larga selección

La vela española estará representada en Los Ángeles en cinco clases. La selección definitiva de algunos de los hombres que han viajado no finalizó hasta el 31 de diciembre, lo que originó "un problema de orden moral por la tensión a la que fueron sometidos", según Benavides. Estos son los sietes regatistas españoles que participarán en cinco clases:

Tabla a vela. En windsurfing (o tabla a vela), el escogido es Eduardo Bellini, nacido en Puerto Poliensa el 13 de mayo de 1956. Es estudiante y fue campeón de España y subcampeón europeo en 1983. La tabla está considerada como la vela rebelde, porque puede moverse fuera de los esquemas normales. Se requiere una gran habilidad y fuerza para mantener el equilibrio.

Finn. En la clase Finn el representante español será Joaquín Blanco, de 27 años, natural de Las Palmas. Está casado y es farmacéutico. Fue campeón del mundo y de Europa en 1977 y medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de Casablanca. El Finn es un barco muy rápido y de un solo tripulante, que debe tener gran condición física y estar preparado anímicamente para afrontar las dificultades en solitario.

Clase 470. José Luis Doreste y Roberto Molina competirán en la clase 470. Doreste nació el 7 de marzo de 1961 en Las Palmas. Ha sido campeón mundial absoluto de la IYRU, cuarto en los Juegos Mediterráneos de Casablanca y campeón de España en 1983. Molina, el tripulante, tiene 24 años y nació en Arrecife (Lanzarote). La clase 470 es para gente joven, y la competencia es terrible.

Flying dutchman. La tripulación de la clase FIying dutchman está formada por Alejandro Abascal -nació el 22 de julio de 1955 en Santander, casado y licenciado en Ciencias Físicas- y Miquel Noguer. Su mayor logro es una medalla de oro en los últimos Juegos Olímpicos, celebrados en Moscú. La FIying dutchman es la clase más asentada. La edad ideal de sus tripulantes es de 35 años y su altura aconsejable debe superar los 1,80 metros. Cuando los vientos son duros, es muy difícil domina este tipo de barcos.

Star. Finalmente, Antonio Gorostegui y José Luis Doreste competirán en la clase Star, considerada como la reina de la vela. Es el refugio de todos aquellos que han pasado por las clases anteriores. La edad no es un impedimento y algunos participan hasta los 50 años. Gorostegui, nacido en Santander el 9 de abril de 1954, es uno de los más jóvenes, al igual que su tripulante, Doreste, médico de profesión y nacido el 18 de diciembre de 1955 en Las Palmas. Conquistaron los campeonatos mundiales de 1982 y 1983.

Todos ellos están ya en Los Angeles, en una mansión cuyo alquiler ha costado dos millones de pesetas. La primera regata comienza el día 31. Con el desayuno pagado, deberán administrarse las 5.500 pesetas de dieta que les da la federación.

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