Urbano Varona,
ex contratista de obras, de 67 años, tiene plantados en una huerta ubicada en la terraza del octavo piso de un céntrico inmueble de Baracaldo (Vizcaya) dos árboles melocotoneros, tomates, cebollas, pimientos, puerros y demás hortalizas. De su huerta, de 150 metros cuadrados y situada a 22 metros del suelo, obtuvo hace dos años 600 kilos de tomate, y el año pasado, a pesar de las inundaciones que asolaron el País Vasco, también le dio sus frutos. Urbano Varona desearía ver convertidas todas las terrazas de Baracaldo en hermosos huertos, ya que, en su opiníón, las verduras crecen a sus anchas "porque la atmósfera, a esas alturas, está menos contaminada". El ex contratista de obras no' ha podido olvidar la huerta que dejó atrás en su pueblo natal de Soncillo (Burgos), de donde salió hace 38 años. La de Baracaldo se ha convertido así en una prolongación de la que ya no puede cultivar.
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