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La convención de San Francisco

Gary Hart hace un llamamiento a la unidad y promete respaldar cualquier candidatura demócrata para derrotar a Ronald Reagan

El senador Gary Hart prometió ayer apoyar cualquier candidatura que los demócratas elijan para enfrentarse a Ronald Reagan en las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre. El llamamiento a la unidad hecho por el principal rival de Walter Mondale para obtener la designación demócrata sucedió a un electrizante discurso del tercero en discordia, el pastor Jesse Jackson, que, recordando a los del asesinado Martin Luther King, consiguió arrancar las ovaciones más calurosas registradas hasta el momento en la Convención Nacional Demócrata de San Francisco y provocar un profundo sentimiento de hermandad y unidad entre los 5.200 delegados y suplentes, que al final de su intervención se abrazaban espontáneamanete y bailaban, muchos de ellos bañados en lágrimas.

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"Cualquiera que sea su decisión, yo les hago dos promesas", dijo Hart ayer en la tercera jornada de las cuatro que vive la 39ª Convención Nacional del Partido Demócrata. "Primera, que dedicaré todas mis horas y todas mis energias a batir a Ronald Reagan. Y segunda, que seguiré trabajando por el bien de nuestro partido y de nuestro país".Esta muestra de lealtad por parte de Hart, tras un gesto similar de Jackson, le da al Partido Demócrata y a su seguro candidato a la presidencia, Walter Mondale, la unidad y la armonía que buscaban obtener en este cónclave.

Gary Hart, que cuenta con 1.300 delegados en esta convención por 1.967 de Mondale, llamó ayer al ex vicepresidente "mi amigo y colega" y destacó sus cualidades de "perserverancia y determinación". El senador demócrata insistió en la necesidad de vencer a Reagan, al que atacó repetidamente y dijo: "Mientras vivamos, la historia y las generaciones futuras preguntarán: ¿hicieron ustedes todo lo que pudieron para batir a Reagan".

En la noche del martes, tras una emocionada intervención de una hora, Jackson provocó las más encendidos aplausos de los delegados y de la mayoría de las 10.000 personas congregadas en el Moscone Center y apareció como una sólida fuerza con la que ha de contar EE UU. Con el sudor cubriéndole el rostro, con expresivos gestos y potente voz, el pastor baptista de raza negra predijo que los demócratas, unidos, ganarán a Ronald Reagan, el presidente "que ha logrado aumentar el índice de miseria en nuestro país".

Jackson rememoró el sueño de Martin Luther King y manifestó "soñar en un nuevo sistema de valores. Soñar que los profesores enseñan para la vida y no para vivir, soñar que los abogados están más preocupados por la justicia que por la judicatura, soñar que los médicos se preocupan más por la salud pública que por su propia salud...".

"Dadme a los agotados, a los pobres, a las masas que buscan respirar la libertad, y en noviembre serán libres, porque nuestro tiempo ha llegado, nuestro tiempo ha llegado", decía cuando ya las lágrimas corrían por el rostro de muchos asistentes, negros y blancos; hombres y mujeres, que se abrazaban poseídos por un sentimiento de hermandad.

Jackson había dicho con anterioridad que "los pobres no sólo necesitan un cambio de líder, sino un cambio de dirección", advertencia veladamente dirigida a Mondale, quien, en nombre del partido, no debe abandonar "a los desheredados, a los despreciados, a los pisoteados", muchos de ellos integrantes de la Coalición Arco Iris, nombre por el que se conoce a su proyecto electoral de agrupar a las minorías étnicas -negros, hispanos, asiáticos e indios-, pero también a las mujeres, consideradas por Jackson como personas discriminadas en la sociedad norteamericana. El líder negro también abogó por un sueño america no que no implique necesariamente la existencia de 34 millones de estadounidenses, el 15% de la población, que viven por debajo del índice de pobreza.

En política exterior Jackson pidió "la liberación de África del Sur" y criticó las incongruencias de la Administración Reagan que denuncia y ataca Gobiernos como los de Nicaragua o Namibia, pero ignora la discriminación racial en África del Sur.

Triunfalismo de Mondale

A la espera de recibir, en la madrugada de hoy (hora peninsular), el mandato oficial del Partido Demócrata para disputar a Reagan la presidencia de EEUU, Mondale, acompañado de su candidata a la vicepresidencia, Geraldine Ferraro, inició ayer la recta final de su campaña electoral en una escuela de San Francisco, manifestando que, con un presidente demócrata en la Casa Blanca, el American dream -el sueño americano que permite a los ciudadanos de EE UU soñar que todo está al alcance de su mano- volverá a ser una realidad.

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