Egon Kapellari,
obispo austríaco, piensa que la escasez de tela que cubre el cuerpo de hombres y mujeres -especialmente éstas, siempre en el punto de mira de clérigos y moralistas- en las playas, no es un asunto que pueda inquietarle. Al contrario que L'Osservatore Romano -que considera deshonesto tanto exhibicionismo-, el obispo ha declarado al diario vienés Kronen Zeitung que la Iglesia tiene problemas más graves: la creciente cifra de divorcios y de abortos, el hambre y la guerra... "La Iglesia no es una mojigata que va midiendo la superficie de ropa. Su misión es instar a que se respeten los valores humanos fundamentales", añadió.
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