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Los altos cuadros de Iberia critican la gestión de la dirección de la compañía

Los técnicos de grado superior (TGS) de la compañía Iberia, el más alto nivel del escalafón de la plantilla, dirigió un escrito el pasado 30 de mayo al presidente de la empresa, Carlos Espinosa de los Monteros, en el que mostraban su disgusto por la forma en que se gestionaba la compañía. En el escrito se critican "costes muy elevados de dudosa justificación" "inversiones en medios y en equipos no aprovechados en toda su intensidad", "políticas de personal desafiantes y absolutistas", y se concluye haciendo constar que "da la impresión de que Iberia está siendo utilizada como banco de pruebas y campo de batalla por Gobierno, Instituto Nacional de Industria, partidos y sindicatos".

El documento, elaborado en una reunión que los técnicos de grado superior de Iberia mantuvieron el pasado 23 de mayo, consta de 10 páginas y recoge los temas que, a juicio de este personal, están causando un grave malestar en el interior de la empresa.La situación actual de la compañía, que los TGS califican de muy grave, tiene como origen, según el informe, "la gestión inadecuada de sucesivos equipos directivos y la despreocupación de sucesivas Administraciones públicas, así como una desafortunada coyuntura económica. Y se acusa a la Administración de, "como patrono", haber sido "tolerante e indulgente con los aspectos económicos y con la fiscalización de la gestión y de la eficacia empresarial a cambio de utilizar y servirse de la compañía con fines políticos o de Estado".

Tales fines, si bien pueden estar justificados, han supuesto un alto coste no resarcido. Y en este sentido se citan la imposición de líneas deficitarias, los descuentos especiales, billetes gratuitos a miembros del Gabinete, fletamientos de aviones para servicios de Estado, operaciones de compra por intereses nacionales, etcétera.

Más adelante se indica que "se están tomando decisiones graves en la alta gestión de la compañía que están suponiendo costes muy elevados de dudosa justificación" Y a este respecto se señala como ejemplo "modificaciones muy importantes y costosas realizadas en aviones de muy reciente adquisición" (interiores, sustitución de cine por vídeo, etcétera).

Ahorro de consumo

También se responsabiliza a la dirección de no haber adoptado un plan amplio y efectivo de ahorro del consumo de combustible. "Su carencia", dice el informe, "está costando a Iberia miles de millones de pesetas anuales".El informe es especialmente crítico en cuanto al "desaprovechamiento" que hace la compañía de su "potencialidad para realizar trabajos al exterior", y se afirma que se llega a rechazar ofertas de fuera que supondrían ingresos sustanciosos y volúmenes importantes de horas de trabajo.

A todo ello se añade que se están produciendo cambios organizativos en el organigrama de la empresa sin garantía alguna de mejora de la estructura, lo que provoca una situación "de permanente inestabilidad y de constantes alteraciones en la planificación". Y se dice, además, que "se está ignorando la valoración del clima laboral" y no se tiene en cuenta "este parámetro en la toma de decisiones".

Abundando en estas críticas, el informe señala que "existe entre el estamento directivo de la compañía una notable falta de sensibilidad y aptitud para detectar y calibrar la eficacia en las actuaciones", lo que hace que "la gestión directiva se orienta más hacia arriba que hacia abajo". "Las frecuentes modificaciones en las cifras de resultados", se recoge en el escrito, llevan al colectivo de Iberia a sentir desconfianza e incredulidad respecto de las mismas".

Al hablar del expediente de regulación de empleo, los TGS lo consideran improcedente. En una situación de pérdidas, medidas de regulación de 600 o 700 trabajadores en una empresa pública no suponen, a juicio de este colectivo, un ahorro para el Estado, "que deberá pagar en subsidio de paro los hipotéticos ahorros conseguidos por la empresa".

El informe recuerda que Iberia tiene miles de horas extraordinarias y miles de trabajadores contratados eventualmente que no justifican la regulación.

Condicionantes políticos

El informe de los TGS concluye con un capítulo dedicado a los condicionantes políticos que soporta Iberia. Y en este aspecto se indica que "da la impresión que la compañía está siendo utilizada como banco de pruebas y campo de batalla por Gobierno, INI, partidos y sindicatos en la decantación de posturas y en la medición de fuerzas en el ámbito del proyecto de reconversión industrial y en el de la reestructuración de la empresa pública".Finalmente, el escrito acusa de oportunismo a la "alta dirección, que trata de obtener ventajas sobre el personal de la empresa, aprovechándose de la difícil coyuntura económica que vive la nación", oportunismo que puede crear "conflictos que graven aun más la situación de la compañía".

El escrito fue contestado por Carlos Espinosa de los Monteros, quien, tras cuestionar la representatividad de los autores, señalaba que "no comparto lógicamente las numerosas críticas (no he podido encontrar ninguna frase de apoyo) que se realiza sobre la alta dirección de la compañía" y rechazaba precisamente la frase de que "trataba de obtener ventajas sobre el personal de la empresa", afirmando que, por el contrario, intentaba ofrecer una solución de viabilidad para Iberia "que garantice el futuro de sus empleados".

La carta de Espinosa de los Monteros fue contestada con un nuevo escrito firmado por los TGS en el que se identificaban con el contenido del documento y reiteraban que se trataba de opiniones "forjadas desde unos planteamientos de profesionales preocupados y corresponsables con la marcha le la sociedad".

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