Cada marino del barco que rescató el Harrier recibirá unos 3,6 millones

Los tripulantes del carguero español Alraigo, sobre cuya cubierta se posó en junio de 1983 un avión Harrier británico, percibirán como premio de salvamento una indemnización de 17.048 libras (unos 3,6 millones de pesetas). Esta cantidad es la media de los premios que oscilarán en función del salarío de cada cual. El armador, la naviera García Miñaur, recibirá 184.571 libras (cerca de 38,5 millones de pesetas), y el capitán del buque 30.700 libras (unos 6,5 millones de pesetas). La decisión adoptada por el comité de apelación de arbitraje del Lloyds, ya no puede ser recurrida.La Royal Navy, a la que pertenecía el avión, pagará un total de 75 millones de pesetas como premio de salvamento, 19 millones de intereses por los 12 meses transcurridos y 11,5 millones por gastos tenidos por el armador. Los 75 millones como premio de salvamento suponen el 7,59% del valor del avión. Este porcentaje había sido establecido inicialmente por Lloyds en el 10%. La Royal Navy recurrió esta decisión y, finalmente, ha sido fijado en el 7,59%.

Tras la decisión del comité de apelación, el armador percibirá 119.000 libras (25 millones de pesetas) como premio de salvamento, 55.000 libras (11,5 millones de pesetas) como indemnización de gastos, y 10.571 libras (unos dos millones de pesetas) por intereses. El capitán del buque, Aitor Suso recibirá 29.000 libras (6,1 millones de pesetas) como premio de salvamento y 1.751 libras (400.000 pesetas) en concepto de intereses. Los 13 tripulantes del Alraigo, por último, percibirán un total de 209.000 libras (46,5 millones de pesetas) como premio de salvamento, más 12.625 libras (2,6 millones de pesetas) de intereses.

Con esta decisión, el reparto de las cantidades totales ha quedado en dos tercios para la dotación (capitán más tripulantes) y un tercio para el armador. La legislación española sobre salvamentos en el mar fija precisamente esos porcentajes en la distribución de los premios. Los árbitros del Lloyds, tanto en el arbitraje como en la apelación, han aplicado la ley española, por ser la de la bandera del buque.

El aterrizaje del Harrier británico sobre el Alraigo se produjo el 6 de junio de 1983, cuando el sargento británico que pilotaba el aparato se encontraba perdido en las proximidades del archipiélago canario y sin apenas combustible en el avión. Al divisar un barco, decidió aterrizar sobre él, ante la sorpresa de los tripulantes. El Harrier aterriza y despega verticalmente.

Los tripulantes acordaron que la decisión sobre las correspondientes indemnizaciones fuera adoptada por los tribunales españoles, pero, al declararse que el Harrier no era un bien embargable, tanto la tripulación como el armador tuvieron que acogerse a la propuesta de la Royal Navy de someterse al arbitraje inglés.