Basora busca la normalidad tras murañas de sacos terreros
Basora, la primera ciudad portuaria iraquí, casi incrustada en la línea de fuego de la guerra del Golfo, se encuentra prácticamente oculta tras los sacos terreros. Pilas de la altura de una persona se alinean a lo largo de la vía de agua del Chat-el-Arab, en la zona del mercado, en las aceras de las principales calles y en los edificios oficiales. Sacos terreros también protegen la sede del gubernamental partido Baas.
Pero, tras casi cuatro años de guerra con Irán, Basora parece haber adoptado medidas para hacer frente a los efectos de los combates. "Los bombardeos comenzaron al inicio de la guerra y todavía continúan", dice Said Jalid Jandhum, un joven estudiante. "Te acostumbras a ello". Jandhum, miembro del partido Baas, como el resto de su familia, hace regularmente prácticas con armas ligeras como miembro del Ejército Popular, una fuerza de reserva.Hasta ahora ha habido pocos indicios de que la anunciada como inminente ofensiva iraní -cuyo primer objetivo sería Basora- haya comenzado. Los servicios de información norteamericanos, probablemente a partir de fotografías recogidas desde satélites, han dado cuenta de crecientes concentraciones de tropas iraníes, municiones y otro material y habían predicho una inminente ofensiva.
Tampoco se aprecia una especial actividad en la carretera que lleva hasta Basora desde Bagdad, una amplia vía, que atraviesa una árida tierra llana, decorada con grandes imágenes del presidente Sadam Husein que parecen gigantescos recortables.
Tórrido calor
El opresivo y tórrido calor en la zona del Golfo a primeros de verano fue un factor que jugaba en contra de una ofensiva iraní, señalan los observadores militares, que, sin embargo, no olvidan que ya Irán lanzó con anterioridad ofensivas en julio. Una estrategia podría ser la de mantener al Ejército iraquí en constante alerta, con la idea de minar su moral y dificultar las prácticas y las maniobras, antes de lanzar una ofensiva en otoño. Los mismos observadores militares señalan también que ha habido filtraciones sobre desacuerdos entre los líderes militares y religiosos de Irán.Irak ha almacenado recientemente grandes cantidades de material militar enviado desde el exterior -fundamentalmente desde Francia y la Unión Soviética- para hacer frente a un asalto. Junto a un elevado número de aviones, se dice que en este material hay gas mostaza fabricado en Irak y al menos, 5.000 bombas de fragmentación. El presidente Sadam Husein ha hablado de que "un río de armas" se usará contra el enemigo, y jefes militares iraquíes señalan que no dudarán en recurrir a la guerra química.
En Basora soldados uniformados y mujeres con chador que hacen la compra coinciden en las estrechas y superconcurridas calles del mercado, donde parece evidente que han tenido éxito los esfuerzos del Gobierno por asegurar el pan, la carne, las verduras y la fruta. Funcionarios iraquíes destacan que la mayoría de los bombardeos iraníes contra Basora se suelen dirigir contra el barrio de los cabarés, donde se pueden encontrar todas las diversiones nocturnas propias de las grandes ciudades portuarias.
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