Al Hamburg,
ciudadano de Cheyenne (EE UU), no sólo está siendo tachado de frívolo por los tribunales, sino que además éstos consideran ilegal el contrato que suscribió con una clienta, a la que vendió un coche a cambio de actividades sexuales aplazadas. Hamburg, vendedor de coches, hizo un trato singular con una compradora, según el cual le entregaba un Pontiac de 1970 a cambio de 100 dólares (16.000 pesetas) y 100 favores sexuales. La primera mitad de los favores sexuales se realizaron antes de recibir el coche, mientras que el resto tendría que satisfacerse una vez en posesión del vehículo. La mujer cumplió escrupulosamente el contrato hasta el favor número 83, pero se negó a seguir pagando los otros 17 restantes sin dar explicaciones. Hamburg, por su parte, decidió llevar el contrato hasta el mismo Tribunal Supremo, y éste, una vez más, ha ratificado que su demanda es ilegal y frívola.
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