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Angola acusa a Suráfrica de no cumplir el acuerdo de alto el fuego

Soledad Gallego-Díaz

El ministro de Asuntos Exteriores de África del Sur, Pik Botha, y el ministro del Interior de Angola, Alexandre Rodríguez Kito, se reunieron en Lusaka (Zambia) para intentar salvar el acuerdo de alto el fuego firmado por ambos países el pasado mes de febrero. El Gobierno marxista de Angola acusa a Pretoria de no cumplir lo prometido, puesto que no ha completado la retirada de las tropas que ocupan desde hace tres años una franja del territorio angolano.Según Botha, las conversaciones de Lusaka han sido un éxito. "Los problemas se han resuelto y hemos discutido seriamente sobre las condiciones de seguridad en la frontera", afirmó el ministro de África del Sur. Sin embargo, Botha no facilitó ningún detalle sobre el calendario de la retirada y los observadores estiman que las próximas semanas pueden ser decisivas para el futuro de la paz en la zona. El acuerdo del alto el fuego, firmado bajo los auspicios de Estados Unidos, estipula la creación de una fuerza conjunta de 600 hombres encargados de vigilar la frontera de Angola con Namibia, el territorio de Africa del Suroeste que ocupa Pretoria desobedeciendo todas las resoluciones de la ONU. El Gobierno surafricano prometió retirarse de Angola si Luanda dejaba de proteger al SWAPO, movimiento guerrillero de liberación de Namibia, y destruía sus bases en el sur del país.

La retirada debía haberse llevado a cabo completamente antes del 3 de mayo pasado, pero para entonces las tropas surafricanas sólo se habían replegado hasta Ongiwa, que está todavía a 40 kilómetros de la frontera. El Ejército surafricano ha permanecido allí, sin dar muestras de querer completar su salida del territorio de Angola.

Según fuentes de Pretoria, el retraso se debe a que el Ejército regular de Angola (FAPLA) no ha demostrado ser capaz de controlar al SWAPO, que ha continuado durante estos meses sus actividades en Namibia. De acuerdo con dichas fuentes, se han registrado hasta el pasado mes de junio 19 incidentes entre las fuerzas conjuntas y los guerrilleros.

El Gobierno angoleño, por su parte, se ha mostrado indignado por el retraso de Pretoria. El presidente de la República, José Eduardo Dos Santos, estima que África del Sur no se ha retirado todavía porque antes de moverse espera la llegada de UNITA, el grupo guerrillero de Jonás Savimbi, que ha contado siempre con el apoyo de Pretoria y que pretende derribar al régimen socialista de Luanda.

Precisamente en las últimas semanas se han recrudecido los ataques armados de UNITA, tanto contra las FAPLA como contra los soldados cubanos que apoyan al régimen de Luanda. Informaciones procedentes de África del Sur indican que ambas partes han sufrido elevadas bajas. Luanda teme también que Pretoria exija una vez más la retirada de las tropas cubanas (25.000 hombres en todo el país) antes de completar la suya propia.

A su regreso a Africa del Sur, Pik Botha negó que su Gobierno haya decidido suspender la retirada sine die, pero insinuó que podría retrasarse todavía bastante tiempo.

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