El Barcelona traspasó ayer a Maradona al Nápoles
El Barcelona, finalmente, traspasó anoche el jugador argentino Diego Armando Maradona al Nápoles de Italia, por la cantidad inicial mente pactada de 7,5 millones de dólares (1.185 millones de pesetas) Las negociaciones, que según el portavoz del Barcelona, Joan Gaspart, se habían roto el viernes tras la petición azulgrana de 200 millones más de pesetas sobre el precio inicial, dieron ayer un vuelco total. Según el presidente del Barcelona, Josep Lluís Núñez, el giro se produjo tras llegar al convencimiento de que no se podía mantener en la plantilla a un jugador que estaba a disgusto. El contrato se firmó anoche en el aeropuerto de El Prat tras la llegada urgente, desde Nápoles, de Corrado Fericiano, presidente del club italiano.
La operación del traspaso de Maradona al Nápoles queda finalmente cerrada de la siguiente forma: 3 millones de dólares (450 millones de pesetas) al contado, 2 millones (300 millones de pesetas), en septiembre de 1985; otros 2 millones de dólares en septiembre de 1986. El Nápoles abonará en intereses, además, el 8% del segundo pago y el 16% del tercero. El Barcelona, al que Maradona le costó 1.300 millones de pesetas, pagará al Argentinos Juniors lo que todavía le adeuda del traspaso. La comisión que percibirán los intermediarios por el traspaso al Nápoles será pagada a partes iguales por los dos clubes."Muy a pesar mío, Maradona se va". Así, de forma lacónica, Núñez anunciaba a unos pocos periodistas que se encontraban en el Miniestadi asistiendo a la final de la Copa de la Generalitat el traspaso de Maradona. "El Nápoles no ha tenido que pagar más del dinero inicialmente pactado. No hay nada contradictorio con respecto a lo que se dijo el día 6 o lo que se dijo ayer. Estábamos apurando al máximo la duda de si era bueno o no mantener a un jugador a disgusto en la plantilla. Y en las actuales condiciones es muy dificil mantener a Maradona en el Barcelona", concluyó Núñez.
Mucho antes de que se produjeran estas declaraciones, el serial Barcelona-Maradona-Nápoles estaba viviendo su momento final para los representantes italianos (Antonio Juliano y Dino Calentano) que se habían quedado en Barcelona. El Nápoles luchaba contra el reloj. El plazo para inscribir a jugadores extranjeros en Italia vencía a las 20.00 horas. Cuatro horas más tarde vencía el plazo de vigencia de los avales presentados por el Nápoles para garantizar el pago de Maradona, pero ellos ya no esperaban nada del Barcelona. Juliano y Calentano intentaron, por la mañana, contratar los servicios de Hugo Sánchez o del argentino Barbas. El Atlético no aceptó la oferta napolitana de 2,5 millones de dólares y un partido amistoso. La 'contratación de Barbas no convencía a Ferleiano. Las dudas de Núñez estaban a punto de dejar a los italianos sin extranjero en la liga italiana hasta 1986.
A mediodía se produjo el miracolo, como llamaron algunos periodistas italianos a la operación. Joan Gaspart, el directivo que había desmentido mil veces el tras paso de Maradona, llamó a la habitación del hotel donde se en contraban los representantes italianos consultando las guías particulares de extranjeros disponibles para fichar por el calcio.
Gaspart quería comer con ellos. A la comida se unieron Cyterszpiler y José María Minguella. A media tarde, Juliano comunicaba a los periodistas italianos que "el traspaso está hecho; ahora tiene que venir el presidente, único capacitado para firmar el contrato".
Maradona declaró ayer a Antena 3: "Lo mejor es irme y prefiero hacerlo sin decir barbaridades. En la reunión del pasado viernes no llegamos a las manos porque creo que somos razonables. Era como hablar con una pared. Pero yo sabía que, a, poco que fueran inteligentes, darían la vuelta al asunto".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.