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Reportaje:

Nazaret Panadero

La única bailarina española del Wuppertaler Tanztheater de Pina Bausch, actúa en Los Ángeles dentro de la Olimpiada de las Artes

Nazaret Panadero es la única bailarina española del Teatro de Danza de Wuppertal, dirigido por la alemana Pina Bausch. Ha estado en Los Ángeles para inaugurar, junto a su compañía, la Olimpiada de las Artes. Lleva cinco años trabajando con la más prestigiosa compañía de danza contemporánea del momento, y aunque le gustaría, ve muy difícil poder volver a España, debido a la práctica inexistencia de estructuras que apoyen su especialidad.

Madrileña, nació hace 29 años a cinco minutos de la plaza de Las Ventas. "En la calle de López Casero", dice, "al lado de la avenida de los Toreros". A los 12 años empezó a estudiar ballet clásico, y a los 21 marchó a Francia, donde se enroló en el Ballet Théâtre Contemporaine, una compañía nacional de danza clásica con sede en Angers. Allí fue donde por primera vez tomó contacto con la danza moderna, a través de sus profesores Louis Falco, Caroline Brown y, sobre todo, Peter Goss. Cuando llevaba ya dos temporadas con la compañía francesa, el Wuppertaler Thariztheatre de Pina Bausch pasó por París, donde presentó su versión del Barba Azul, de Bartok, que fascinó a Nazaret. La directora y bailarina alemana estaba buscando nuevos elementos para su compañía y convocó una audición. "Me presenté, pasé y me fui a Wuppertal, donde ya llevo cinco años". Ahora el Wuppertaler Thanztheatre ha inagurado la Olimpiada de las Artes en Los Ángeles.Wuppertal es una pequeña ciudad de la República Federal de Alemania, en el Estado de Westfalia, de menos de medio millón de habitantes, que se ha hecho famosa gracias a su Teatro de Danza, especialmente desde que Pina Bausch asumió su dirección. "No hay nada que hacer en Wuppertal", asegura Nazaret, "aparte de Pina y del hecho de que Engels nació allí. Pero está muy bien para traba ar y la verdad es que no nos queda tiempo para nada más". Por si su dedicación profesional fuera poco, la bailarina española está casada con otro miembro de la compañía, el polaco Janusz Subicz, y ambos viven en la ciudad alemana. Le gustaría volver a España, a donde viaja a menudo a visitar a su familia, pero no considera que tenga posibilidades de trabajo: "La danza contemporánea es prácticamente inexistente en nuestro país. En Madrid, aparte del clásico, no sé yo que haya nada. En Barcelona hay algunas compañías: concretamente Isabel Rivas, una catalana que estaba en nuestra compañía y que murió de cáncer en diciembre pasado, montó una pieza titulada Eura, que yo vi a principios de año y que estaba muy bien. Creo que hay dos o tres grupos más, pero nadie les ayuda, y así es muy difícil".

El Wuppertaler Tariztheatre está subvencionado por la ciudad y gana bastante dinero con las giras anuales que realiza por todo el mundo, que posiblemente le lleven a España las próximas Navidades, pero, según Nazaret, la financiación de la compañía sigue siendo difícil: "Cuesta muy caro mantener una compañía y nadie gana fortunas. En preparar una nueva pieza, organizar un montaje, se tardan cuatro o cinco meses, en los que no se gana dinero".

Para la bailarina española, su futuro es una gran incógnita. "Piensa", nos dice, "que después de trabajar con Pina Bausch no puedes ir a otra compañía, porque ella es el número uno. Trabajar con ella es interesantísimo, porque puedes tomar toda clase de iniciativas. En realidad, en los últimos montajes ella se ha limitado a hacer un collage de cada una de las aportaciones que nosotros hemos sugerido. Es una mujer que no tiene límites, por sí sola ha revolucionado la danza contemporánea en los últimos 10 años. Si dejara su compañía, lo único que podría hacer sería montar la mía propia".

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