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Los países latinoamericanos evitan el enfrentamiento con la banca internacional

Los países más endeudados de América Latina, que el viernes por la noche concluyeron varios días de reuniones en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, abandonaron cualquier tentación de ruptura con las naciones más ricas y apoyaron la consolidación del sistema financiero internacional por la vía de la reforma. En el documento final, aprobado por los ministros dé Finanzas de las diez naciones asistentes, se evitó con cuidado el enfrentamiento con la gran banca internacional, aunque exigiéndola una "drástica e inmediata reducción de las tasas de interés" y de los márgenes de intermediación fijados para renegociar los créditos.

El ministro colombiano de Hacienda, Edgar Gutiérrez Castro, manifestó, al término de la reunión, que la declaración, que se conoce como consenso de Cartagena, ha venido a poner orden en una situación caótica, y lo ha hecho en términos moderados, sin causar daño a los organismos financieros. "Los Gobiernos de América Latina hemos demostrado que somos capaces de manejar con responsabilidad este grave problema. Esperamos que los países desarrollados hagan lo mismo".El estado actual de la economía latinoamericana fue descrito por los ministros con trazos dramáticos. Se señala así que el ingreso por habitante ha retrocedido a los niveles de hace una década, por factores ajenos a su control. En el capítulo específico del endeudamiento, manifiestan que el valor acumulado de los créditos supera la mitad del producto interno bruto de este subcontinente y triplica sus exportaciones anuales. La deuda latinoamericana con la banca internacional y los organismos financieros asciende a más 300.000 millones de dólares.

El consenso de Cartagena reafirmó la decisión de cada país de afrontar individualmente sus obligaciones financieras y poner orden en sus economías, con los sacrificios que esto les exige, pero entienden que se trata de un problema en el que están involucradas también otras partes: los Gobiernos acreedores, los organismos financieros internacionales y la banca. A todos ellos se invita a la apertura de un diálogo constructivo para encontrar una salida pactada.

Por otra parte, cerca de 100.000 personas se manifestaron ayer en Buenos Aires contra lo que consideran presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). A pesar de que el Gobierno argentino había mostrado su disgusto por esta marcha, importantes políticos participaron en ella.

Páginas 6, 7 y 67

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