El tabaco negro y la carne de membrillo, primeros recuerdos en Alhaurín el Grande
"¿Ya estoy en casa? Había llegado a temer que nunca volvería", dijo el hispanista británico Gerald Brenan a su regreso a la Cañada de las Palomas, en la localidad malagueña de Alhaurín el Grande, a donde fue acompañado anoche por el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Javier Torres, y el alcalde del municipio alhaurino Francisco Jiménez Díaz. "¿Lo primero que haré por la mañana? Hacer pipí, naturalmente", añadió el escritor, al tiempo que inhalaba el humo de un Celtas con filtro, que "era una de las cosas que más he echado de menos estos días en Inglaterra, aparte de la carne de membrillo, desde luego".Ha permanecido fuera de España desde el 14 de mayo pasado Una vez conocidos de forma di recta los deseos del escritor, que no dejó de repetir en todo momento a sus visitantes en el asilo de ancianos de Londres que lo único que quería era "volver hoy mismo con vosotros a Alhaurín", el alcalde y el delegado de Cultura de la localidad malagueña prepararon en la capital londinense el regreso del autor de El laberinto español y Al sur de Granada.
Lars Pranger, por su parte, se vino ese mismo día a España para arreglar la mudanza de su familia -su esposa, la poeta Lynda Nicholson, a quien Brenan llama sobrina y a cuyo nombre figura legalmente la casa de la Cañada de la Palomas, y los dos hijos pequeños de ambos.
Brenan, que cumplió 90 años el día 7 del pasado mes de abril, fue recibido a las nueve de la noche en el aeropuerto de Málaga por el consejero de Cultura del Gobierno andaluz, Javier Torres, que ha puesto en marcha la creación de una Fundación que lleve el nom bre del hispanista y asegure, a través de un patronato, la asistencia del escritor durante el resto de su vida. Posteriormente, Brenan se trasladó en automóvil a su casa de Alhaurín el Grande, donde será cuidado en adelante por dos asistentes sanitarios puestos a su disposición por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía.
En las dependencias del aero puerto malagueño, el consejero de Cultura dio una conferencia de prensa, en la que afirmó que la futura fundación Gerald Brenan es tará ubicada en la localidad que el propio escritor ha escogido para vivir y su objetivo será, por un lado, divulgar la obra del hispanista y, por otro, facilitar la investigación en la misma línea que él siguió sobre nuestro país y Andalucía.
"Estoy muy feliz"
"Por supuesto que mañana no pienso levantarme a las seis de la madrugada. Creo que no volveré a madrugar mientras recuerde ese asilo de viejos donde estuve en Inglaterra", dijo Brenan al sentarse en su viejo sillón del salón princi pal de la casa de la Cañada de las Palomas. "Estoy feliz, feliz, feliz de estar de nuevo aquí, aunque esta no me parece ya mi casa al no estar en ella Lynda y Lars", añadió el escritor, con claros síntomas de disgusto.
Los amigos británicos de Brenan residentes en la Costa del Sol que tanto han pedido el regreso del escritor durante los días que ha durado su exilio londinense, hicieron más llevadera la entrada del anciano en su casa de Alhaurín, vacía ahora del ruido y los juegos de los pequeños Pranger. Una de esas amigas, la escritora escocesa Shay Oak, especialista en temas taurinos y autora de un libro sobre Antonio Ordóñez, La presencia de la muerte, que conoce a Brenan desde hace 30 años, manifestó a EL PAIS que "entre todos le hemos comprado a Gerardo un televisor en color para que pueda entretenerse".
"Los españoles sois increíbles, esto en Inglaterra no hubiera pasado", dijo, por su parte, Bayard Osborne, después de dejar a Brenan acostado en su cama y ayudar a calmar los ánimos de Lars Pranger, que puso literalmente el grito en el cielo al encontrar en la casa a varios periodistas. "¡Qué corazón teneis la gente de esta tierra!", añadió Osborne, que tiene una hija casada y afincada en la localidad alpujarreña de Yegen.
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