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Suiza

Manuel Vicent

El Papa ha visitado muchos países exóticos; por ejemplo Corea del Sur, México, Brasil, Nicaragua, algún punto de África negra..., y en cada uno de ellos., por razones de apostolado, se ha, adornado la ca beza con algo típico del lugar: sombreros de charro, plumas de indio o máscaras de hechicero. Ahora el Papa acaba de recorrer Suiza, que es el país más exótico del mundo. Se trata de un país tan exótico que ni siquiera es un país, sino una caja de caudales cifrada bajo la nieve, donde el dinero es lo castizo y allí uno Sólo puede coro narse ante los creyentes con un fajo de dólares. Juan Pablo II se halla muy imbuido en la cultura de la imagen. A causa de ello suele imprimir a los viajes una aceleración alucinada que deja detrás de sí únicamente el fulgor de su figura. Esa estela blanca o ráfaga papal está programada para que nadie tenga la osadia o tentación de sentarse a dialogar.Esas magníficas funciones a campo abierto llenas de ademanes lentos y ancestrales, los obispos orlados con mitras y capas labradas, la liturgia elegantísima enhebrando la carga magnética que la multitud condensa, es una oferta inscrita en la estética de masas. El Papa desciende del avión, sube rá pidamente a un catafalco de terciopelo, el órgano se detiene en un acorde de plata y da paso a una insigne amonestación seguida de otros cánticos sagrados. Final mente unas oraciones de amor en gastadas en una Orfebrería de superlativos en latín cierran la ceremonia con bendiciones antiquísimas. El secreto consiste en dotar a este acontecimiento de una veloci dad uniformemente acelerada hasta que alcance el vértigo en el circuito. Frente a esta fugaz apariencia ¿que sentido tienen los proble mas de moral privada, las sutilezas teológicas o incluso la cuestión social? Un viento de in cienso y gestos de, topacio lo arra sa todo. Pero Suiza es un país de masiado exótico. Está lleno de cajeros pandos, relojeros minuciosos, banqueros' dubitativos y teólogos enquistados, ligeramente erguidos. Allí no hay público. Y el espectáculo papal, cuya sustancia es la propia representación, ha fra casado, ya que Wojtila, con gran escándalo, ha sido invitado a per manecer sentado cinco minutos.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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