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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Domingo de carnaval', la pintura de Solana

"Domingo de carnaval es un sainete madrileño en el que está entrelazada la intriga de un asesinato; es, pues, una trama en que el misterio, de tipo policiaco, tiene su intervención; pero es, sobre todo, un aguafuerte, o mejor: un cuadro de Solana en movimiento. La acción transcurre en El Rastro, durante los tres días de Carnaval del año 1917 o 1918, y una muchedumbre de destrozonas y máscaras de todas las especies se mueven y agitan sobre ese fondo alucinante que es El Rastro. Hay escenas que ocurren en los altos de la Pradera de San Isidro, teniendo como fondo el perfil goyesco de Madrid, y el film todo espero que tenga esa bulliciosa alegría del entierro de la sardina de Goya".Esto fue lo que escribió el propio Edgar Neville en 1945 definiendo, poco después de acabarla, la película que hoy se emite en La noche del cine español. Fue Neville un cineasta preocupado por trasladar a su obra el costumbrismo, es decir, según sus palabras, "los argumentos que saben a español; no sólo, naturalmente, los que pudiéramos llamar folklóricos, con sus danzas, sus trajes y sus toros, sino los que presentan a unos personajes cuya reacción no puede ocurrir más que en nuestro país".

En opinión de su compañera Conchita Montes, protagonista de muchas de sus películas, y entre ellas Domingo de carnaval, éste sería un filme expresionista que "incluso hoy resulta sorprendente con los pobres medios que había en aquellos momentos para hacer cine (...) Esa misma película en color hubiera sido un bellísimo Solana, porque Edgar admiraba a Solana cuando el español medio apenas conocía a este gran pintor".

Es indudable esa inquietud estética de Edgar Neville, que no sólo se proyectó al cine -para el que dirigió 30 títulos entre largos y cortos-; también a la novela, al ensayo, a la poesía al teatro y al periodismo. Vinculado culturalmente a la generación del 27, aristócrata, adinerado, diplomático elegante y exquisito, deportista y bon vivant, disponía de un talante, de un bagaje cultural y de un humor que raras veces se dan en los hombres de su condición social: ése es uno de los asombros de Neville y ésa puede ser también la razón de que fuera ignorado por la izquierda, que lo consideró injustamente como un hombre adicto al régimen de Franco, pero asimismo rechazado por la derecha cerril.

Neville jugaba con sus textos volcando ingenio e ironía cuando no eran posibles las críticas directas ni las laterales. A la altura de Renoir lo sitúa el estudioso Emilio Sanz de Soto, para quien algunas películas de Neville (La ironía del dinero, por ejemplo) son indiscutibles obras maestras.

Domingo de carnaval se emite hoy a las 20.50 por la segunda cadena.

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