Alfonso Escámez asegura que la caída del consumo interno es cada vez más preocupante
La posibilidad de despegue de la economía española es bastante compleja, aunque en el contexto internacional hayan aparecido los primeros síntomas de recuperación o de que la crisis está remitiendo, señaló Alfonso Escámez, presidente del Banco Central, en su intervención ante la junta general de accionistas de la entidad, celebrada ayer. La economía española, en opinión de Escámez, no tiene perspectivas favorables ni para la industria ni para el empleo y se está produciendo una caída del consumo que preocupa cada vez más en los ámbitos comerciales.
El presidente del Banco Central, que dedicó la mayor parte de su intervención a explicar la proyección internacional de la entidad, destacó en su intervención la sanidad y papel preponderante que ocupa el Banco Central dentro del sistema financiero español.En este sentido, cifró en 130.000 millones de pesetas los recursos propios, entre capital y reservas, a los que habría que añadir los correspondientes a dotaciones para insolvencias, fluctuación de valores y los especiales, lo que los elevaría hasta 180.000 millones.
Los problemas derivados de la renegociación de la deuda de los países latinoamericanos no afectan al Banco Central, según Alfonso Escámez, ya que la vía elegida para la expansión internacional, centrada en la compra de bancos o en la apertura de sucursales para trabajar sobre la base de la moneda local, ha alejado el problema de las renegociaciones. En este sentido señaló que la deuda con Argentina asciende a 14.722 millones de pesetas; con Ecuador, a 2.565; México, 19.242; Brasil, 5.677, y Polonia, 883. Este riesgo, según el Banco de España, debe estar cubierto por una cifra algo superior a 3.700 millones de pesetas. El Central ha constituido un fondo, en divisas, que supera el equivalente a 10.700 millones de pesetas.
Alfonso Escámez habló, después, de la situación de una de las filiales, el Banco Popular Argentino, ya que tenía un requerimiento de accionistas y se había anunciado que se impugnaría el balance del Central por no reflejar la situación del banco argentino. El presidente del Central señaló que la filial argentina venía obteniendo importantes beneficios en los últimos ejercicios, que se constituían íntegramente en reservas del propio banco, después de hacer los saneamientos y provisiones necesarios. Dos accionistas intervinieron para oponerse a la aprobación del balance del Central en base a que consideran que el Popular Argentino ha hecho provisiones escasas para hacer frente a las posibles responsabilidades existentes en un litigio de 1965.
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