Cuatro niños y una mujer, heridos por una nueva explosion de gas en Barcelona
Una mujer de avanzada edad y cuatro niños resultaron heridos ayer por la mañana al saltar por los aires cuatro tapaderas de una cámara reguladora de presión de gas situada en el subsuelo de la plaza de Santa Eulalia, en el barrio barcelonés de Horta. El suceso fue provocado por un petardo con el que jugaban los niños.
En lo que va de año, además de la registrada ayer, se han producido en Barcelona otras tres deflagraciones presumiblemente atribuidas al gas. La primera de ellas provocó la muerte de tres personas en la calle de Cinca, el pasado 22 de febrero. En la segunda murieron dos personas, y en la restante no hubo víctimas mortales.La explosión de ayer se produjo cuando uno de los chicos hizo estallar un pequeño petardo verbenero en una rejilla de ventilación de la cámara, lo que provocó la deflagración. Los bomberos señalaron la existencia de una pequeña fuga de gas. La heridas de las víctimas fueron leves a excepción de las sufridas por Alejandro Palacín Bernardo, de 9 años, a quien los médicos pronosticaron quemaduras "menos graves".
Sobre las 11.45 horas de ayer, la tranquilidad de la plaza de Santa Eulalia sólo se rompía cuando Alejandro, de 9 años, Mauricio Dernoncourt López, también de 9, y Prudencio Castillo Bartolomé, de 13, hacían explotar sus petardos en abierto anuncio de las próximas verbenas veraniegas. Nadie ha podido precisar quién de ellos puso uno de los petardos sobre la rejilla de ventilación que hay en el suelo, en uno de los extremos de la plaza, en busca de un eco que aumentara el estruendo de la explosión. El muchacho nunca había imaginado el éxito de su experimento. El petardo, ya con la mecha encendida, cayó hacia abajo provocando una deflagación que sobresaltó a toda la vecindad.
Quienes salieron inmediatamente a los balcones consiguieron ver cuatro grandes agujeros humeantes en el suelo y otras tantas gruesas planchas metálicas caer sobre el gastado alquitrán de la plaza. Todos coincidieron en que si cualquiera de aquellas enormes tapas hubiera alcanzado a alguna persona la habría matado en el acto.
La deflagración, que rompió varios cristales, había herido a Alejandro, Mauricio y Prudencio, al niño de dos años Víctor Pavón Giner y a una mujer de 68, Amparo Andreu Calvo. Todos ellos fueron trasladados a un centro sanitario mientras la vecindad se aproximaba, no sin recelo, a las cuatro enormes bocas que ocultaban, a unos siete metros de profundidad, una de las 50 cámaras reguladoras del gas en Barcelona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Explosiones
- Gas natural
- Accidentes laborales
- Pirotecnia
- Gasolina
- Gas
- Carburantes
- Barcelona
- Riesgos laborales
- Petróleo
- Cataluña
- Accidentes
- Combustibles fósiles
- Seguridad laboral
- Ayuntamientos
- Sucesos
- Condiciones trabajo
- Combustibles
- Energía no renovable
- Administración local
- Empresas
- Fuentes energía
- Economía
- Trabajo
- Siniestralidad laboral