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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Lirismo de Pemán

Andaba ya la productora Cifesa al borde de la crisis cuando produjo El fantasma y doña Juanita, una de las más ambiciosas películas de Rafael Gil, adaptada de una novela de Pemán, festejada por la crítica con delirio ("obra de inefable estremecimiento"), pero no apoyada por el público con idéntico entusiasmo: "Su éxito comercial quedó muy por debajo de las justas alabanzas de la crítica", escribió Fernández Cuenca, "hasta el punto de producir en el ánimo del joven director el natural desconcierto, que se tradujo en abandonar la senda marcada por Huella de luz y ensanchada poderosamente por El fantasma y doña Juanita".En efecto, Gil regresó a los grandes novelones del XIX (La pródiga, La fe) y a los filmes de qualité (Reina santa, Don Qujote de la Mancha), colaborando quizá, sin saberlo, a propiciar el hundimiento de Cifesa. Pero en la productora no había talante autocrítico. En sus memorias, y según recoge el historiador Félix Fanés, la crisis se entendía como producto de las restricciones eléctricas de 1944, que disminuyeron las sesiones cinematográficas, y de las limitaciones en la importación de película virgen.

Más cierto parece, sin embargo, que los productos que ofrecía al español medio estaban bien lejos de interesarle. En plena crisis económica, con la previsión de un desenlace bélico contrario a los deseos de Franco, con frío y sin futuro, probablemente importaban poco las intenciones deRafael Gil al filmar esta obra de Pemán: "Yo había soñado", escribió el director, "con esa poesía infinita de lo impalpable, de ese escalofrío íntimo que a nadie confesamos, de esa angustia estremecedora que de pronto nos produce lo sobrenatural al mezclarse con lo cotidiano... Yo había soñado también con la ternura de la muchacha dormida en el remanso de la ciudad provinciana, con la nostálgica aventura del circo que pasa, con la aleluya ingenua de la feria pueblerina, con la puesta en juego de muchos valores eternos de esas almas simples que viven y sueñan en tantas y tantas ciudades de España, aún dormidas por designio y regalo de Dios, sin duda...".Parece demasiado el contraste entre el cine y la realidad, porque aunque es cierto que el cine de otros países también se especializaba en la evasión, necesaria para olvidar la guerra, la censura española era más rígida: mutiló en aquel mismo 1944 numerosas películas de interés (Qué verde era mi valle, por ejemplo), mientras prohibió radicalmente la exhibición de otras (Stella Dallas, de King Vidor). En ese ambiente, Félix Fanés destaca como curiosidad que buena parte de las películas españolas versaban sobre el "equívoco de la personalidad", es decir, sobre la mentira de quienes fingían ser otros: camufiarse, no ser identificado, soñarse distinto... El fantasma del que doña Juanita se enamora no es más que el clown al que ella no puede reconocer en la pista del circo, ya que el payaso se finge contable cuando la enamora: años más tarde así se lo recuerda doña Juanita a su sobrina, cuando ésta va a contraer matrimonio: un ligero disparate de guión, puesto que la anciana no puede recordar lo que nunca conoció.

Era ésta la segunda vez que Pemán se adaptaba a la pantalla; Julieta y Romeo, Lola la Piconera, La viudita naviera y Los tres etcéteras del coronel fueron igualmente trasladadas al cine, pero, al margen, Pemán escribió otras historias originales: La cigarra, Brindis a Manolete, Rebeldía, Capitán de Loyola, Teresa de Jesús... La versión que hizo Gil de la novela Elfantasma y doña Juanita está considerada como la mejor aportación de Pemán al cine. El crítico Luis Gómez Mesa así lo considera: "Es una obra empapada de lirismo, como todo en donde intervienen los sueños".

El fantasma y doña Juanita se emite hoy a las 22.15 horas por la segunda cadena.

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