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Detenido el líder de los mineros británicos por formar parte de un piquete

Soledad Gallego-Díaz

El presidente de la Unión Nacional de Mineros, Arthur Scargill, fue arrestado ayer cuando formaba parte de un piquete que impedía el envío de carbón a la planta siderúrgica de Scunthorpe. Scargill, considerado como el representante del ala más radical de los sindicatos británicos, fue puesto en libertad sin fianza por el juez del distrito, pero deberá comparecer ante un tribunal en los próximos días, acusado de obstruir el tráfico en una vía pública.La huelga de mineros coincidió ayer con el inicio de una huelga del Sindicato Nacional de Marineros, que inmovilizó prácticamente la flota de ferrys del país. Los marineros protestan por la privatización de la empresa Sealink, que supondrá la desaparición de un 25% de puestos de trabajo.

El arresto de Arthur Scargill llega casi 12 semanas después de que se iniciara la huelga de mineros, en protesta por la reestructuración del sector y la desaparición de 20.000 puestos de trabajo. Todos los intentos de mediación han resultado hasta el momento infructuosos. La patronal está dispuesta a negociar el calendario del programa, pero no sus efectos últimos, mientras que el sindicato se niega a hablar de nada que no sea la potenciación y desarrollo de la industria. Al frente del conflicto se encuentran dos personalidades muy fuertes: el propio Scargill, que representa para la derecha y la Prensa popular inglesa una auténtica bestia feroz, y lan MacGregor, presidente de la patro nal, que cuenta con el apoyo de Margaret Thatcher.

La presencia de Scargill en la mina de Orgreave, donde fue detenido, pretendía reforzar la moral de los piquetes que desde hace semanas intentan lograr que los efectos de la huelga del carbón se dejen sentir en otros sectores básicos, como la siderurgia. El Gobierno ha ordenado la presencia masiva de policía a la entrada de los pozos, a fin de garantizar la llegada y partida de convoyes. En las últimas 48 horas se han producido varios enfrentamientos que culminaron, no sólo con la detención del líder minero, sino también con encuentros violentos que causaron más de 60 heridos. La policía empleó, por primera vez desde que se inició el conflicto, material antidisturbios pesado.

Inmediatamente después de la detención de Scargill, un pequeño grupo de mineros ocupó durante cuatro horas la sede de la patronal, en Londres. Los mineros colocaron pangartas la libertad del presidente de su sindicato.

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