La carrera de Fuengirola no se disputará este año y puede que nunca más
El Gran Premio de España de Fórmula 1, definitivamente, no se disputará este año en el circuito urbano de Fuengirola. Ante su incapacidad para organizarlo, el alcalde, Sancho Adam, y el presidente de la Federación Española, Sandro Rocci, terminaron por anunciar su retirada. Atrás quedaron la polémica y los repetidos ataques a EL PAIS durante los últimos meses, según la Federación y el Ayuntamiento "único medio de Prensa que se permite dudar de la celebración de la carrera de Fuengirola". Con el mismo triunfalismo utilizado muchas veces antes para decir "que sí, que seguro, que derinitivamente ya" se celebraría en el 84, las dos partes anunciaron que ya estaba en el calendario del 85 y que se disputaría el próximo año. El calendario, sin embargo, no está hecho, y los problemas sin resolver este año serán mayores el próximo.
La incapacidad organizativa del Ayuntamiento de Fuengirola se basa, fundamentalmente, en su absoluto desconocimiento de la Fórmula 1. El entusiasta alcalde malagueño buscó asesoramiento en la Federación Española de Automovilismo, cuyo presidente, Sandro Rocci, escasamente podía mejorar el nulo bagaje de conocimientos de Fuengirola. Ambos pretendieron estirar artificialmente la vida del quimérico proyecto, en busca de una promoción que, de otra forma, nunca habrían tenido.Para ello, el alcalde socialista de Fuengirola, Sancho Adam, estuvo dispuesto a embarcar a su Ayuntamiento -cuyo presupuesto del pasado año fue de 750 millones de pesetas- en un proyecto de obras que le iba a costar, ya desde su comienzo, más de cien millones de pesetas, sin contrapartida económica alguna. Cantidad que posteriormente creció hasta llegar casi a los 200, y habría aumentado aún más.
Por su parte, el presidente de la FEA, Sandro Rocci, pendiente de una inmediata reelección y cuya gestión ha sido tan corta como negativa, relegó casi al olvido todo lo que no fuera el proyecto de Fórmula 1 de Fuengirola, con la lógica paralización del restante -que es todo- automovilismo deportivo español, forzado a desarrollarse a espaldas de la propia Federación.
Mezcladas las ilusiones generales con los intereses personales y con algunas sumisiones, aderezado todo ello con invitaciones a alcaldes de las grandes capitales españolas y otras muestras de triunfalismo, orquestadas en televisión y otros medios de comunicación adictos, nadie pareció preguntar de dónde saldría el dinero para organizar una carrera de Fórmula 1 en España, cuyo déficit asegurado superaría, en cualquier caso, los 250 millones de pesetas. Las preguntas, en solitario, de EL PAIS en ese sentido, fueron tachadas de agorerismo y oposición radical al proyecto. Sólo este periódico apuntó el hecho de que, con la cifra de.pérdidas aseguradas -de llevarse adelante el proyecto-, podrían construirse al menos dos circuitos permanentes en España, país en el que hay un circuito por cada diez de los que existen en Francia o Italia.
Ahora, terminado el sueño, ni la Federación ni el Ayuntamiento de Fuengirola parecen querer reconocer la realidad, que es su fracaso. España esta difícilmente preparada para asumir la orgánización de un Gran Premio de Fórmula 1, debido al desfase entre los ingresos y los gastos. De hacerse, sólo el Jarama -y malamente- estaría en condiciones de hacerlo. En otros países más desarrollados, aunque las pérdidas sean similares, la situación es muy diferente.
Ahora, para intentar, una vez más, esconder la situación, no sirve decir que la carrera se organizará el próximo año. En primer lugar, porque el calendario fijo aún no existe. Además, porque el precedente es muy negativo. En tercer lugar, porque ni siquiera es probable que el próximo año siga Sandro Rocci al frente de la FEA. Y, por último, porque los problemas de este año serán aún mayores en el futuro.
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