El PSC expresa su temor a que la campana sobre Banca Catalana deteriore la convivencia
El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) hizo pública ayer una declaración en la que ratificó su respeto hacia los afectados por la querella de Banca Catalana y su convicción sobre la honorabilidad del presidente de la Generalitat, pero exigiendo una "aclaración profunda del caso". El PSC advirtió en su comunicado que en los últimos días se ha desatado una campana antisocialista y se ha creado una dinámica de crispación que puede llegar a deteriorar de forma irreversible la convivencia democrática de Cataluña. Justamente ayer aparecieron en las calles de Barcelona numerosas octavillas y pintadas en las que se defiende a Pujol y se ataca duramente al PSOE y a algunos de sus más destacados dirigentes, incluido el presidente del Gobierno.
Según el PSC, a pesar de las recomendaciones de calma hechas por el propio Pujol, "otras voces, pertenecientes a la actual mayoría, han traspasado los límites de una crítica legítima a la presentación de la querella, para emprender, con finalidades partidistas, una ofensiva contra los socialistas, que llega hasta las injurias totalmente intolerables, como las que ha proferido el presidente del CDC, señor Trias Fargas". Esto alude a unas declaraciones en las que este dirigente afirmaba que los socialistas tenían "unas raíces autoritarias más profundas que las de Franco". La dirección del PSC considera que la negativa de CDC a la realización de un debate parlamentario en el Congreso de los Diputados, tal como había propuesto el presidente del Gobierno, Felipe González, resulta "totalmente incoherente cuando al mismo tiempo se estimulan campañas y manifestaciones en la calle". Acerca de la convocatoria de adhesión a Pujol, prevista para el día 29, lanzada por diversas entidades -entre ellas, Omnium Cultural-, ayer todavía no se había recibido ninguna petición oficial en el Gobierno Civil.El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, ratificó por su parte en Madrid las declaraciones de Felipe González cifrando en 270.000 millones la cantidad aportada por el erario público en concepto de ayudas a Banca Catalana. Páginas 65 y 66
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