Taiwan, la 'otra China', está menos sola de lo que sugiere su aislamiento diplomático
Desde su exclusión de las Naciones Unidas, en 1971, el régimen chino nacionalista, implantado en Taiwan hace 35 años, ha sufrido un aislamiento diplomático casi completo. Sin embargo, el milagro económico registrado durante las dos últimas décadas en esta isla que los portugueses bautizaran como Ilha Formosa, ha hecho que muchos países que oficialmente reconocen que "sólo hay una China y Taiwan es parte de ella", estén presentes en Taibei mediante sociedades, institutos, centros culturales y cámaras de comercio más o menos pintorescas, con los que pretenden disimular ante la vigilante mirada de la República Popular sus lucrativos negocios con la otra China.
ENVIADO ESPECIALLas representaciones oficiales extranjeras que asistirán hoy en Taibei a la toma de posesión, para un segundo mandato de seis años, del presidente Chiang Ching-kuo parecen un catálogo del exotismo internacional. Un jeque de Arabia Saudí, delegaciones de países tan difíciles de localizar en el mapa como Tonga, Tuvalu, Lesoto, Malaui y Suazilandia; y representantes de regímenes tan desacreditados internacionalmente como los de Uruguay, Paraguay, Guatemala, Haití y África del Sur, además de otra media docena de naciones de Centroamérica y el Caribe, llenarán la tribuna del cuerpo diplomático durante la ceremonia.
En total, Taiwan, aquí denominada República de China, mantiene relaciones diplomáticas con dos docenas de Estados, incluido el Vaticano. Es lo que pudo salvarse de la quema cuando, en los primeros años setenta, Pekín sustituyó a Taibei en la comunidad internacional. Una tras otra, las embajadas de Taiwan fueron cerrando, la República Popular China ocupó su puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU y hasta EE UU, principal valedor de Taiwan, reconoció a Pekín en enero de 1979.
Incluso el general Francisco Franco dejó en la estacada a su colega en la cruzada anticomunista, el generalísimo Jiang Jieshi (Chiang Kai-chek) y estableció relaciones diplomáticas con la República Popular China en 1973. "Franco se hizo la misma ilusión que otros gobernantes al mirar hacia China Popular, a, un mercado de 1.000 millones de potenciales consumidores", comenta Steve Wang, director general de Relaciones con Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwan.
En opinión de Wang, esa época ha pasado ya y los países europeos aumentan constantemente sus contactos económicos con la isla. "Tenemos centros representativos en 14 países europeos y en Taiwan hay 11 naciones de Europa representadas semioficialmente, además de 31 bancos extranjeros de los que 10 son europeos", añade.
El comercio, en ambas direcciones, entre Europa y Taiwan, fue el año pasado de 5.000 millones de dólares. Los países de Europa occidental son el cuarto cliente de la isla después de Estados Unidos, Japón y Oriente Próximo. La República Federal de Alemania encabeza la lista de intercambios, comerciales, seguida del Reino Unido, Holanda, Francia e Italia.
España ocupa uno de los últimos lugares, con 78 millones de dólares en 1983, 36 de los cuales fueron exportaciones españolas y los 42 restantes, importaciones. Hay una cámara de comercio española en Taiwan, heredera del antiguo Centro Cultural Cervantes, y dos funcionarios del Instituto Nacional de Industria (INI) visitaron la semana pasada la isla.
Desafío holandés a Pekín Pero ha sido Holanda el país europeo que más lejos ha llegado hasta ahora en su desafío a Pekín. La compañía KLM vuela a Taibei y dos submarinos con destino a la 'Marina de Taiwan se están acabando de fabricar en astilleros holandeses. Este contrato trajo como consecuencia que la República Popular rebajara el nivel de sus relaciones diplomáticas con Holanda, pero sin llegar a romperlas.
La crisis económica ha hecho que Taiwan haya pasado de ser la cenicienta de la escena intemacional a una especie de rica heredera con numerosos pretendientes. Los hoteles de lujo de Taibei están llenos de hombres de negocios procedentes a título privado de países que mantienen plenas relaciones diplomáticas con la República Popular China.
El espectacular desarrollo económico de la isla sale a relucir constantemente en las conversaciones con extranjeros, en los discursos oficiales y en la poderosa máquina de propaganda gubernamental. Después de crecer más de un 20% el producto nacional bruto en varios de los difíciles años setenta, la economía de Taiwan creció el año pasado más de un 7%, y para éste se piensa que el previsto 7,5% quedará superado y se alcanzará un 10% o más. Taiwan es el decimotercer exportador del mundo y el sexto país en volumen de intercambios comerciales con Estados Unidos. Intercambios, por cierto, favorables para la isla, cuyo superávit fue de 6.700 millones de dólares. Es decir, más en beneficios que la totalidad del comercio entre Washington y Pekín, que fue de unos 4.200 millones de dólares.
La renta per cápita de los 18 millones de taiwaneses ronda los 2.500 dólares, mayor que la de la mayoría de los países asiáticos y, según se encargan de recordar constantemente aquí, "10 veces superior a la de China Popular".
Hijo de Chiang Kai-chek
Chiang Ching-kuo, de 74 años, hijo mayor del general Jiang Jieshi (Chiang Kai-chek), ha gobernado Taiwan durante los últimos seis años y alcanzó un segundo mandato, que inaugura hoy, en una elección indirecta celebrada en la Asamblea Nacional, donde, curiosamente, hay representaciones de China Popular, Mongolia y Tibet. Se espera que nombre primer ministro a un tecnócrata y que siga su línea de realizaciones económicas.Aunque la propaganda oficial habla del "mundo libre" y del "alineamiento de Taiwan con las democracias occidentales, la ley marcial permanece en vigor en la isla; hay una férrea censura de Prensa -que prohibió, por ejemplo, la entrada del semanario Time cuando nombró a Deng Xiaoping "hombre del año"-; el Kuomintang (Partido Nacionalista) domina completamente la vida política, y a los escasos disidentes se les trata con dureza.
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