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Emotivo sepelio en Montjuic del soldado muerto en Fuenterrabía

Juan Flores Villar, el marinero de 20 años que murió ahogado en la madrugada del domingo en ell puerto de Fuenterrabía a consecuencia de un atentado terrorista, fue enterrado ayer en Montjuc. Antes, a las 10.30 horas, se celebró una misa a la que asistió casi un centenar de personas, y que presidieron la cúpula militar de Cataluña, altos mandos policiales y las primeras representaciones de los organismos políticos. En la calle, mientras el féretro era colocado ya en el coche funerario, gritos, algunos en catalán, pedían muerte a ETA. Nadie se acordó de Gatazka (Lucha), nombre del grupo que ha reivindicado el atentado.Entre el público que se había congregado frente al edificio del Sector Naval estaban los amigos de Juan Flores. Todos recordaban su temor "por no saber qué hacer cuando termine la mili", el texto de la "bulería que le había compuesto a su novia Montse", y sus continuos montajes "para poder tomarse un permiso y venir a Barcelona". Dos personas coincidieron al declarar a este periódico que el marinero Juan Flores tenía un presentimiento que no cesaba de repetir en sus permisos: "Tengo miedo de que me pase algo, estoy intranquilo".

Ya en Montjuïc, mientras tres albañiles sellaban su nicho, el 3.327, y 12 infantes, en posición de oblicuo derecha, disparaban salvas de homenaje por el compañero caído, los, establecimientos y comercios de la Zona Franca cerraban una hora como muestra de condolencia por la muerte de su vecino en el atentado terrorista de Fuenterrabía. Su padre ya no pudo reprimir el llanto cuando un teniente de navío le entregó la bandera con la que se había cubierto el ataúd y que envolvía el lepanto de su hijo Juan.

"Su hijo está grave"

Eran las siete de la mañana del lunes cuando el timbre sobresaltó a la madre de la víctima, Carmen Villar Pavón. Presintió que algo le había pasado a su hijo en cuanto los vió. Los dos marineros que estaban en la puerta no tardaron en comunicarle que su hijo Juan "había tenido un accidente en Fuenterrabía y está grave". Uno de los cinco hijos de Carmen Villar acompañó a los dos enviados del Sector Naval a la Seat, donde trabaja Francisco Flores López, el padre del fallecido.Francisco Flores, un cordobés de Aguilar de la Frontera emigrado a Cataluña hace 22 años, temió lo peor, como su mujer, en cuanto vió los uniformes, iguales que los que llevaba su hijo. "¿Le han matado?", les preguntó a los marineros cuando ya, a bordo de un Land Rover, le acompañaban afedificio de la Comandancia de Marina. Allí se lo dijeron,

El lunes, horas más tarde, él, su esposa, sus otros cinco hijos y sus familiares y amigos más próximo ya velaban el cadáver del marinero Juan Flores Villar. El ataúd, instalado en la capilla de aquel edificio militar, estaba cubierto por una bandera, y encima de ésta, el lepanto del marino muerto y la cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, que el pasado martes le fue otorgada al fallecido, a título póstumo, por el ministro de Defensa, Narcís Serra.

Los repetidos cambios de los cirios que iluminaban la capilla ardiente indicaban inexorablemente el paso de las horas. Ilacia las ocho de la mañana de ayer fueron llegando más amigos y familiares de la víctima, casi al mismo ritmo que las enormes coronas de flores enviadas por la Seat y organismos de todo tipo.

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