La final de Copa
La campaña que se está desatando contra Maradona es incalificable, por mucho que este jugador tuviese un comportamiento condenable el pasado sábado. En los dos años que lleva en el fútbol español ha estado más tiempo en la enfermería que en los estadios, y cadapartido es derribado a propósito entre 12 y 15 veces de promedio. En vez de alabar su calidad extraordinaria como jugador, el morbo popular -yo creo que, en algunas ocasiones, rezumando cierto anticatalanismo visceral- parece haber estado aguardando el momento en que él perdiera los nervios y tuviera una reacción violenta. El homenaje que recibió hace unos meses Goikoetxea después de lesionarle era el acontecimiento más revelador de que seguimos teniendo una España negra, mezquina y lamentable anclada entre nosotros, y sólo se supera con lo de esta final. No justifico, insisto, su reacción violenta, pero me parece bastante menos justificable todavía la animosidad de los bilbaínos contra él y los comentarios hipócritas -cuando no racistas- que se leen estos días en los periódicos interpretando lo que sucedió. /
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.