Se mantiene el optimismo
Las bolsas españolas continuaron manteniendo una trayectoria marcada por el optimismo, en este caso discretamente más moderado que en las reuniones precedentes, donde resultaba absolutamente inapreciable la actitud de Telefónica, cuyas acciones mejoraban 1,75 puntos en el mercado madrileño, mientras continuaban manteniendo una proyección alcista francamente importante a la que los especialistas atribuyen una influencia clara de las posiciones que están tomando los inversores extranjeros.El grupo eléctrico, que viene siendo desde hace ya varias semanas el auténtico eje sobre el que se mueve el microcosmos bursátil, consiguió mantener los avances generados en reuniones anteriores apoyándose en una contratación bastante fluida, en unos avances que, a pesar de reputarse de inducidos por medios próximos a las propias compañías en algunos casos, lo cierto es que contribuyeron a consolidar la confianza que los inversores parecen estar depositando en estos títulos. La discreta pérdida de Hidrola se reputaba como respiro al tirón alcista anterior, mientras que los pequeños ajustes alcistas de Sevilla, FECSA e incluso Iberduero se consideraban lógicos ante la situación que ha definido el acuerdo, o mejor dicho el marco genérico de actuación, pactado entre los principales representantes del sector y la Administración mediante el cual pretende ponerse coto al problema más importante que atenazaba a estas compañías y que se resumía en un impresionante desequilibrio financiero. Mención aparte mereció el comportamiento de Hidrocantábrico, sometido, después de una ampliación de capital en la que nadie quería sus derechos de suscripción, a unas fuertes presiones compradoras apoyadas en unas hipótesis con cierto basamento real, pero que en, cualquier caso aparecen aún lejanas.
Por su parte, los bancos continuaron cumpliendo con el papel que se les atribuye y mantuvieron una discreta tendencia alcista apoyada en un saldo comprador para los siete grandes del sector en fase menguante, pero que resultaba suficiente como para soportar unas discretas mejoras. En el mercado de valores madrileños, sólo Hispano cedía posiciones como consecuencia de los 10.000 títulos con que contaba como diferencia vendedora, mientras que Banesto, que doblaba esta cifra, se aferraba a la repetición de su posición anterior.
En el lado contrario de la balanza aparecía un Bilbao aparentemente pletórico que presentaba un saldo comprador de 40.685 títulos, que satisfacía en su totalidad, conforme viene siendo su costumbre en las últimas semanas, y ganaba tres puntos. Esta estrategia del Banco de Bilbao, por lo prolongado en el tiempo, está siendo muy comentada en los círculos especializados, por cuanto sorprende por su contundencia.
No obstante, correspondió a los valores secundarios del mercado la responsabilidad de continuar manteniendo el testigo con orientación positiva del índice general. Así, un Dragados mejoraba ocho enteros con una evolución en su corro perfectamente medida, y hasta incluso mimada, mientras que Petróleos, perteneciente al mismo grupo, se apuntaba un avance de cinco enteros, correspondiéndose también con una estrategia bastante bien diseñada. Para las reuniones de hoy cabe esperar, según casi todos los testimonios que podía escucharse en los parqués, una hipótesis de evolución discretamente positiva, aunque no se descarta que comiencen algunos procesos de realización de beneficios.
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