El flamenco cordobés protagoniza el programa 'La buena música'
El programa La buena música, del segundo canal de TVE, ofrece hoy De los flamencos- en su tercer capítulo. El tema es Córdoba. Tiene esta provincia una situación singular dentro del arte flamenco. Siendo geográficamente periférica a ese reducido núcleo fundacional de la baja Andalucía donde se cree brotó el flamenco -Jerez de la Frontera, Triana, Cádiz, los puertos...-, su importancia se acrecienta en el siglo actual, sobre todo a partir de 1956, cuando Córdoba promovió su primer Concurso de Flamenco con el propósito de dignificar un arte que llevaba más de tres décadas sumergido en la larga noche de la llamada ópera flamenca.El concurso cordobés sigue celebrándose cada tres años -es el único de categoría nacional junto al del Cante de las Minas de La Unión- y, efectivamente, aquella primera edición marcó, con una famosa antología discográfica publicada por aquellas mismas fechas, el punto de arranque de un renacimiento que fue adquiriendo pujanza y llega hasta el actual momento de esplendor. Tampoco en la creación de estilos autóctonos tiene Córdoba demasiado interés; pero, en cambio, los cantes allí tienen una cierta solemnidad, una cierta grandeza que le dan acento propio. También ese peculiar matiz de abordar el hecho cultural que se llama senequismo ha alcanzado a lo jondo cordobés. Y la soleá de Córdoba relaja el compás para hacerse más solemne, y las alegrías pierden mucha de su gracia original para merecer ser calificadas -tremendo contrasentido- de tristes. Y el fandango se engrandece para darnos esas hermosas y valientes formas de Lucena, de Puente Genil, de Cabra... Y no ha dado Córdoba ninguno de esos nombres míticos que se convierten con el tiempo en leyenda de lo jondo. Pero ha habido buenos cantaores cordobeses: los Onofre, Cayetano Muriel, Niño de Cabra... Aunque el mejor de todos los tiempos vive hoy, se llama Antonio Fernández Díaz, Fosforito, y vamos a verle esta noche en televisión. A sus 52 años, conocedor largo de todos los estilos y excelente ejecutante, pese a que el instrumento, la voz, a veces acusa cierta fragilidad, Fosforito es uno de los maestros actuales del cante jondo. Curro de Utrera, el otro cantaor, no siendo cordobés, hace muchos años que se asentó en los aledaños de la capital de la mezquita y está impregnado totalmente de las esencias genuinas del flamenco cordobés. Junto a ellos, Concha Calero, la más conocida bailaora cordobesa, que el año pasado mereció un premio nacional de baile.
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