Acabó la feria.
Después de una semana de gran animación, en la qu el Real de la Feria ha sido escenario de una de las fiestas más multitudinarias y célebres de España, la extensa explanada se ha convertido de un día para otro en un cementerio poblado por los esqueletos de las estructuras metálicas de las casetas. Donde faltan las lonas que formaban las casetas sobreviven los farolillos o las flores de papel, y sobre el suelo de albero se extienden toda clase de desperdicios. Entre ellos se mueven familias necesitadas, que buscan cascos de botellas, objetos perdidos, cartones o cualquier cosa que pueda tener algún valor. La Feria, que supone una impresionante inyección de dinero para la ciudad, cuya población se triplica durante unos días, aún da dinero después de muerta La portada del ferial, en la imagen, es el último recuerdo de unas semanas festivas que se extienden desde la Semana Santa hasta el final de 1 Feria.
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