Kosti Simons

En un barco fondeado en el puerto de Barcelona vive desde hace seis años un australiano, holandés de nacimiento. Se llama Kosti Simons, tiene 49 años y ha vivido en Holanda, Suráfirica, Nueva Guinea y el Reino Unido, dedicado a la náutica, a la agricultura y a otros oficios diversos. Pero su viaje más importante es el que realizó el pasado verano desde París a Santiago de Compostela, 1.500 kilómetros que anduvo descalzo, recorriendo la ruta jacobea. Este pieregrinaje fue fruto de una experiencia religiosa en la gruta de Lourdes, que ha cristalizado en Pilgrims International, organización promovida por él que tiene como objetivo redescubrir el camino de Santiago.

Cassie se llama el barco de 13 metros de eslora en el que vive Simons con su esposa, Caroll, profesora de lenguas anglosajonas en la universidad Autónoma, y su en cantadora hija rubia de cinco años. En esta casa flotante, construida por el propio Simons durante cuatro años de trabajo y a base de cemento, forman una familia singular y multilingüe, pues hablan indistintamente en inglés, español y francés, y la niña quiere ahora estudiar italiano. En los amplios camarotes del Cassie, adaptados cómodamente para su función de vivienda, Simons se ha dedicado estos últimos meses a redactar centenares de cartas y comunicados para establecer contactos que le permitan poner en marcha Pilgrims International"Mi peregrinaje a Santiago fue una experiencia tan excepcional que quiero compartirla con otra gente", afirma. "No hay ningún propósito proselitista ni comercial en la idea. Se trata de invitar a personas de nacionalidad y creencias diversas a revivir la famosa ruta por la que en el siglo XI transitaban medio millón de peregrinos al año y que en la actualidad todavía recorren unos 500. En Pilgrims los motivos religiosos y espirituales se mezclan con los culturales y con el simple placer de andar y descubrir la belleza del paisaje y de las antiguas obras de arte que jalonan la ruta".

El primer proyecto de Pilgrims es la organización de dos expediciones que saldrán el próximo verano de Roncesvalles (Navarra) y de León, el 15 de julio y el 5 de agosto, respectivamente. Formar parte de ellas sólo cuesta 1.500 pesetas, y el único requisito que se exige es participar en las reuniones diarias que se celebrarán para discutir los acontecimientos del viaje y organizar la etapa siguiente.

Aunque el padre de Simons era un hombre muy religioso, él mismo no tuvo ninguna inquietud de este tipo en los últimos 20 años. Pero el pasado verano sintió la necesidad de visitar Lourdes, y allí, en la famosa gruta, "tuve una experiencia muy fuerte que ha transformado profundamente mi vida", cuenta. "No, no tuve ningún tipo de visión. No hacía falta. Sentí una especie de fuerza. De pronto abrí los ojos y vi caer las gotas de lluvia con una luminosa claridad. Poco después decidí emprender el peregrinaje a Santiago, lugar de gran significado religioso y que deseaba conocer hacía años. Anduve descalzo polque sentía la exigencia de hacer un sacrificio".

El trayecto de Roncesvalles a Santiago lo cubrió Simons en 40 etapas, y en cada uno de los lugares en que pernoctó -hostales, monasterios, casas particulares y hasta un cuartel de la policía- recibió un trato amable y generoso. En un libro que está escribiendo recuerda las anécdotas del viaje que le llevó por una de las zonas más pobres y atrasadas de España.