Ferrari esperó casi 20 años la victoria de un italiano
IGNACIO LEWIN La victoria del joven italiano Michele Alboreto en el Gran Premio de Bélgica, disputado el pasado domingo en el circuito de Zolder, se produjo casi 20 años después de la última carrera ganada por un piloto italiano al volante de un Ferrari. Fue Ludovico Scarfioti, el 4 de septiembre de 1966, el último que ganó una prueba del mundial de Fórmula 1 sobre uno de estos coches. La victoria de Alboreto, la tercera de su vida -anteriormente había ganado en Las Vegas en 1982 y en Detroit en 1983-, resultó también una especie de homenaje al trágicamente desaparecido piloto canadiense Gilles Villeneuve, que encontró la muerte en este circuito hace dos años.
El triunfo del italiano fue aplastante. Alboreto, un joven de 27 años considerado como uno de los pilotos más rápidos del mundo, no había podido justificar aún su fichaje por la escudería Ferrari. El commendatore Enzo Ferrari, reacio durante muchos años a contar con un piloto italiano en su equipo, terminó finalmente por ceder en el caso de Alboreto. Pero, en las dos primeras carreras de la temporada, Michele Alboreto había contado sus actuaciones por fallos de pilotaje. Excesos de fogosidad y falta de cabeza, seguramente motivados por sus ansias de demostrar lo acertado de su fichaje, le costaron al joven piloto italiano salirse de la pista; por fortuna, sin graves consecuencias.Su fogosidad le ocasionó también una salida de pista en Zolder que pudo costarle la victoria; sin embargo, su ventaja sobre el resto de los pilotos era tan grande que pudo continuar la carrera, parar en boxes para cambiar sus deterioradas ruedas e incorporarse al circuito en primera posición, para terminarla como en un paseo triunfal.
La superioridad de Ferrari se basó en la vuelta a un antiguo sistema de inyección de la gasolina, mucho más eficaz que el más moderno. El aplastante dominio de Michele Alboreto se vio complementado con el tercer puesto del otro piloto del equipo Ferrari, el francés René Amoux -que hizo un trompo a cinco vueltas del final-; aunque éste de una forma bastante afortunada, ya tuvo que quedarse sin gasolina poco antes de llegar a la meta el finlandés Keke Rosberg (Williams-Honda) para que Arnoux pudiera alcanzar un lugar al que, de no haber sido así, no habría tenido acceso.
En el Gran Premio de Bélgica Keke Rosberg volvió a demostrar su auténtica valía. Salió muy mal, pero, a partir de entonces, comenzó a recuperar posiciones de forma frenética hasta ese más que meritorio tercer puesto, que se le escapó por quedarse sin gasolina metros antes de Cruzar la meta.
También el brasileño Nelson Piquet tuvo una actuación muy brillante en Zolder, truncada, una vez más, por fallo del motor BMW de su Brabham. Fallaron, asimismo, los McLaren-Porsche de Alain Prost y Niki Lauda, cuya actuación en el Gran Premio de Bélgica fue decepcionante.
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