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Un sindicato de policía denunicia conexiones entre ETA y extraños sectores económicos

Una supuesta relación entre ETA y oscuros intereses económicos y la conclusión de que esta organización es "parte de la internacional terrorista" son algunas de las afirmaciones que hace el Sindicato Profesional de Policía (SPP) en la ponencia sobre terrorismo aprobada en su séptimo congreso, celebrado semanas atrás. El SPP, que controla el 75% de la corporación policial, señala que "el mal entendido independentismo de ETA pretende encubrir la incapacidad, la incompetencia administrativa y la corrupción de los políticos locales".

La ponencia, que está siendo distribuida estos días entre los representantes regionales del SPP, indica que fue el Cuerpo Superior de Policía quien primero advirtió de "la gravedad de los planteamientos y actividades de aquellos grupos juveniles de separatistas vascos" y añade que "ETA no surgía como respuesta a la dictadura, sino como punta de lanza de aquello a lo que decía atacar".En este sentido, pone de manifiesto que ETA fue protegida y ayudada a crecer por "una Iglesia anclada en el pasado, con un fanatismo religioso obtuso", y añade que "no era un movimiento nacionalista abocado a la lucha armada por la falta de cauces políticos para la consecución de unos fines también políticos, sino una parte de la internacional terrorista, cuyo único, fin próximo es el terror por el terror para destruir una cultura, un modelo de sociedad en el que el centro sea el hombre".

Tras calificar a la rama militar de la organización como "la más violenta y radicalizada visceralmente", el SPP indica que los milis, "con cínicas alusiones a las libertades, no pueden ocultar su odio y su miedo a los sistemas libres", y precisa que tienen unas intenciones claras: "tender a implantar en la región vasca un sistema dictatorial de ultraizquierda de corte marxista-leninista, encontrando caldo de cultivo y apoyo en algunos sectores minoritarios de dicha población".

Amnistía equivocada

Dicen estos policías en su ponencia que en la amnistía de 1977 "equivocadamente se incluyó a los terroristas, lo que fue aprovechado por éstos para rehacer sus cuadros y reiniciar, con mayor furor si cabe, la escalada del terror, porque no olvidemos que la lucha armada necesita el autotestimonio instituyente de mártires y rehenes". Esto, según el SPP, lo prueba el hecho de "la imposibilidad de salida del círculo del terror", de forma que "se amenaza o se asesina a quienes buscan una vía política para salir de la cárcel o regresar del exilio". Frente al terrorismo, los policías consideran preciso que "ante hechos delictivos de gravedad excepcional se apliquen normas revestidas de la misma excepcionalidad".La ponencia se muestra crítica con los medios de comunicación cuando tratan aspectos relacionados con la guerra sucia contra ETA o denuncian torturas en la comisarías a personas detenidas por presuntas actividades terroristas. El SPP reconoce que "todas las guerras son sucias", por lo que "jamás tiene justificación la muerte violenta de una persona", aunque, "si hubiera que buscarla", se formula la siguiente pregunta: "¿Estaría más justificada la muerte de un terrorista que la de un honrado ciudadano o la de un defensor del orden y de las libertades de todos?".

En cuanto a la tortura dice: "No es ético ni justo, y ni siquiera moral, informar unilateralmente a la opinión pública de unas supuestas torturas, nunca probadas y sí utilizadas abiertamente como método de lucha por el terror, olvidándose de la tortura a la que diariamente está sometida la mayoría de las familias de los miembros de los cuerpos de seguridad destinados en la región vasconavarra".

"Si no se sigue la meta de una información veraz y objetiva, si solamente se habla de la tortura -supuestamente realizada por funcionarios del orden-, olvidándose de la que supone la misma existencia de bandas terroristas, si se consideran y así se comunican a la opinión pública como casi anticonstitucionales los peinados del barrio del Pilar o los registros que a veces se llevan a cabo para la localización de los secuestrados, difícilmente se va a ir concienciando a la sociedad para que de una vez por todas tome una postura, no sólo de repulsa, sino de abierta beligerancia, contra el terrorismo, que pone en riesgo su propia existencia", concluye la ponencia al analizar la actuación de los medios informativos.

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