'El solitario de Spandau', Rudolf Hess, cumple hoy 90 años
El que fue lugarteniente del führer Adolf Hitler, Rudolf Hess, que lleva casi 43 años encarcelado, preso en solitario desde 1966 en la cárcel berlinesa de Spandau, cumple hoy 90 años. La liberación de Hess, solicitada insistentemente por círculos neonazis, pero también por políticos socialdemócratas (SPD) e incluso sectores de la izquierda progresista alemana, ha sido rechazada sistemáticamente por la Unión Soviética, aunque hay indicios de que también el Reino Unido se opondría.
La liberación de Hess sirvió durante muchos años de banderín de enganche para los neonazis y nostálgicos del nacionalsocialismo, pero con el transcurso del tiempo son muchas las voces de los que, por motivos humanitarios, piden la amnistía del solitario de Spandau, por considerar inhumano tener a un anciano de 90 años, casi ciego y con graves problemas de salud, encerrado en total aislamiento en una cárcel, que, además, cuesta 135 millones de pesetas anuales.Entro los políticos alemanes que pidieron con insistencia la liberación de Hess estaba el ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt (SPD), que siempre obtuvo una respuesta negativa de los dirigentes soviéticos, quienes aseguran categóricamente: "Amnistiar a Hess equivale a conceder la amnistía al nazismo".
La amnistía de Hess fue también motivo de discusiones en la izquierda radical alemana.
El problema que plantea para muchos la petición de un trato humanitario para Hess es encontrarse en compañía de grupos nostálgicos del nazismo. La misma familia de Hess, su hijo Wolf Ruediger, un arquitecto que trabaja en Múnich y se dedica a luchar por la liberación de su padre, ha hecho muy poco por distanciarse de los neonazis.
Hace cuatro años, en un acto pro liberación de Rudolf Hess, la policía de Baviera obligó a cambiar de indumentaria a un grupo de ultraderchistas españoles, que se presentaron uniformados en la sala del acto y saludaban con gestos fascistas. En conversación telefónica con el corresponsal de este periódico, Wolf Ruediger Hess dijo que cualquier apoyo a la libertad de su padre era bienvenido, aunque fuese de grupos de extrema derecha.
Los familiares más próximos son los únicos que tienen contacto periódico con el preso de Spandau, Wolf Ruediger y su mujer, Andrea, de 31 años, pueden visitar a Hess una vez al mes durante una hora.
En unas declaraciones a la revista semanal Quick, el hijo de Hess atribuye la culpa del encarcelamiento de su padre no sólo a los soviéticos, sino también a los ingleses, y dice que "hay en Londres documentos secretos que sólo podrán publicarse el año 2017, cuando todos los implicados estén muertos".
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