El sector textil algodonero ha reducido a la mitad su plantilla global y ha cuadruplicado su productividad

La reducción de la plantilla global a la mitad -de 108.365 a 51.097 empleados-, la modernización de la maquinaria y un enorme incremento de la productividad -que se ha multiplicado por 3,51 en la hilatura y por 4,29 en la tejedaría- son los tres rasgos fundamentales que han caracterizado a la industria textil algodonera en los últimos 20 años -1963-1982-, según el estudio realizado por la Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero (AITPA) sobre el período. Otro rasgo es la relativa pérdida de peso de Cataluña en el censo de empresas, que desde 1977 ha pasado de ostentar un 77% de las firmas instaladas a un 75%, y el ascenso de la Comunidad Valenciana, que ha incrementado su participación de un 11% a un 12%.

La conclusión fundamental del estudio indica que el sector ha experimentado "una transformación esencial, al pasar en pocos años de una industria de mano de obra, a una industria de capital, como lo demuestra la aceleración de los cambios tecnológicos, con un elevado coste de las nuevas máquinas y fuerte contracción de la plantilla global, y, consiguientemente, con una mayor inversión por puesto de trabajo".La plantilla global, como se aprecia en el gráfico, ha pasado de 108.365 personas en 1963 a 51.097 empleados en 1982, con una reducción neta de 57.268 puestos de trabajo. El personal actual supone, pues, un 47% del que estaba empleado en 1963. El descenso", precisa el estudio, es más acentuado en los 10 primeros años (42.515 puestos) que en el último decenio (14.753 personas)", seguramente por las mayores facilidades de trasvase de mano de obra a otros sectores en expansión registradas en los años sesenta, respecto a lo sucedido en la década posterior. La reducción de empleo ha sido mucho más acusada en la especialidad de tejeduría que en la de hilatura.

Crece la productividad

La modernización del parque de maquinaria ha sido otro de los factores básicos del incremento de la productividad. Ha disminuido el número de husos -los 1.870 de 1982 representan el 79% de los 2.359 existentes 20 años atrás- y, sobre todo, de telares activos -que han pasado de 62.733 a 21.217, lo que supone una reducción de dos tercios del parque de telares.Esta disminución se explica en gran parte por la sustitución de los equipos: el 51% de los husos y el 47% de las máquinas de tejer instalados en 1982 tienen una antigüedad máxima de 12 años, es decir, "al finalizar el período, aproximadamente la mitad del parque de maquinaria no llegaba a los 12 años de antigüedad".

El resultado de ambos procesos es el incremento de las producciones unitarias y de la productividad. En la hilatura, la producción unitaria ha pasado de 12,57 a 20,58 gramos por huso y hora, con un incremento del 64%, y la productividad se ha multiplicado por 3,51, pasando de 1,45 a 5,09 kilogramos de hilados por obrero/hora. En tejeduría, la producción unitaria se ha multiplicado por 3,2 y la productividad lo ha hecho por 4,29, puesto que los kilogramos producidos por obrero/hora han pasado de 0,835 en 1963 a 3,584 en 1982.

El consumo de fibras ha variado también sensiblemente, tanto en su cifra global -que ha aumentado en un 37%, desde 127.920 hasta 178.331 toneladas- como, sobre todo, en su composición: han ganado terreno las fibras sintéticas en detrimento del algodón y de las fibras artificiales, de manera que las primeras han pasado de ostentar una participación del 1,6% en el consumo total de 1963 a un porcentaje del 39,7%. Por el contrario, la cuota del algodón, que se cifraba en el 83%, ha descendido hasta el 51,6%, y las fibras celulósicas han bajado desde el 14,2% hasta el 5,2%.

La crisis empresarial se ha manifestado en los últimos seis años en el descenso del número de empresas y en un cierto redimensionamiento de las mismas. Las 615 compañías de 1977 han quedado reducidas a 395 en 1982, una reducción neta de 220 compañías.

No ha habido cambios esenciales en la localización de la industria. La mayor cuota en número de firmas sigue ostentándola Cataluña, si bien su peso se reduce del 77% al 75%. La Comunidad Valenciana, por el contrario, aumenta su participación del 11 % al 12%.

Cuarto en Europa

Internacionalmente, el sector textil algodonero español se mantiene en un cuarto o quinto lugar en el ranking de los países europeos occidentales, tanto en parque de maquinaria como en plantilla, consumo de fibras y producción.En el contexto de la CEE, "España representaría alrededor de un 15% del parque de maquinaria instalado -husos y telares-, mientras que su producción supondría más o menos el 13% de la total". En lo que España va muy retrasada es en el consumo de artículos textiles por habitante: ocho kilogramos anuales, contra una media comunitaria de 16 kilogramos, es decir, casi la mitad del promedio europeo, según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para 1980 recogidos en el estudio.