_
_
_
_

La presión impositiva efectiva sobre las empresas españolas apenas ha aumentado en los últimos 20 años

El sector empresarial español, en su conjunto, apenas ha visto alterada la presión impositiva efectiva sobre sus beneficios en las dos últimas decadas, habiendo disfrutado, en términos reales, de unos costes medios negativos para su endeudamiento externo, y aunque ha sufrido una fuerte caída de su rentabilidad a partir de 1973, esta depresión ha sido mucho menor que la registrada por la economía española en su totalidad, según pone de manifiesto el primer estudio que se ha realizado, para un período de 20 años, sobre la evolución de los resultados empresariales en España.

El estudio, titulado La formación de capital de la economía española en el contexto de la crisis, es obra de los catedráticos y profesores de Economía Juan José Durán (Universidad Autónoma de Madrid), Vicente Salas (Universidad de Zaragoza) e Ignacio Santillana (Universidad Autónoma de Madrid).Uno de los objetivos del estudio ha sido mostrar el comportamiento de las tasas de rentabilidad sobre el capital estimadas para el sector empresarial no financiero de la empresa española. Las estimaciones provienen de la agregación de datos empresariales extraídos de los balances y cuentas de resultados de las empresas no financieras que han cotizado en bolsa entre los años 1962 y 1981, según los datos recogidos por la publicación Agenda Financiera del Banco de Bilbao.

La muestra, 80 empresas, en su mayoría de carácter industrial, es parcial -como reconocen los propios autores del estudio-, "pero es también la más extensa, en cuanto a número de períodos, de que es posible disponer si se desea analizar el comportamiento de la tasa de beneficio empresarial de la economía española".

Rentabilidad económica

El estudio presenta tres estimaciones de rentabilidad económica neta para tener en cuenta diferentes conceptualizaciones del beneficio, teniendo en cuenta los ajustes inflacionarios pertinentes, así como dos hipótesis alternativas sobre el comportamiento de la depreciación de los activos fijos.En las estimaciones estrictamente contables, sin ajustes, los datos recogidos sobre las 80 empresas a lo largo de los 20 años citados, indican que la rentabilidad económica neta retrocede sensiblemente a partir de la segunda mitad de los años setenta. Así, mientras en el período 1962-1975 tal rentabilidad se situó en un 8,94%, en el período subsiguiente, 1976-1981, sólo alcanzó un 6,71%. Esto supone una caída media de la rentabilidad económica neta del 25%.

Las conclusiones son similares, si se excluyen del conjunto de empresas las del sector eléctrico, "si bien la tendencia decreciente en la rentabilidad es menos marcada". De acuerdo con esta medida de rentabilidad y con la perspectiva de los 20 años analizados, "la rentabilidad del sector eléctrico de la economía española estaría por debajo del promedio industrial, habiéndose visto aumentada esta diferencia negativa en la segunda mitad de los años setenta".

Las cifras de rentabilidad económica, ajustadas por previsibles efectos inflacionarios, muestran unos resultados sensiblemente distintos. Incluyendo la plusvalía real, se observa un mayor decrecimiento en la rentabilidad que el apreciado por estimaciones contables, hasta el punto de que en el período 1976-1981 llega a reflejarse una caída del 50% con respecto a la etapa anterior.

Por último, la rentabilidad económica neta ajustada, excluyendo la plusvalía real del beneficio económico, arroja unas tasas de rentabilidad superiores a las obtenidas con la inclusión de dicha plusvalía. "En consecuencia, se observa que la plusvalía real ha sido un conjunto negativo para el sector empresarial en los últimos 20 años".

Costes del endeudamiento

Los resultados obtenidos para examinar la estructura financiera y el coste de la financiación ajena de las empresas son -en el estudio- de tres tipos: costes medios nominales, costes medios reales y coeficientes de endeudamiento. Los costes medios nominales, que incluyen los derivados de la deuda contratada en el período corriente y en años anteriores, muestran un encarecimiento relativo en los años de crisis económica.En la etapa 1962-1972 el coste medio nominal de la deuda fue del 4,7%, mientras que el obtenido para el período 1973-1981 ascendió a un 6%. El encarecimiento es aún mayor en los cuatro últimos años del estudio (1978-1981), en que el coste nominal de la deuda fue el 8,9%, reflejando la subida de los tipos de interés. El estudio indica, asimismo, que el coste medio de las empresas eléctricas es inferior al observado para la totalidad de la muestra analizada.

En términos reales, es decir, deflactando, el coste medio real de la deuda fue, en los 20 años examinados, predominantemente negativo (a excepción de 1969 y 1970). Para todo el período, el coste medio real fue de -4,7%, mientras que para el período de mayor efecto de la crisis y de mayoires tasas de inflación, 1976-1980, fue de 9%.

Más recursos ajenos

Atendiendo al nivel de endeudamiento de la empresa no financiera durante el período de análisis, se observa una tendencia alcista de la proporción de recursos ajenos en la estructura de capital, particularmente en los últimos años. En términos porcentuales, y en base a la relación deuda/recursos propios contables, los recursos ajenos alcanzaron el 88% en el período 1973-1981, frente a un 62% en el período 1962-1972.No obstante, si los recursos propios se estiman a partir de los activos netos, valorados a precios de reposición, el porcentaje desciende signifícativamente. Además, advierten los autores, se observa una cierta estabilidad en el endeudamiento, "lo cual puede ser una indicación de que el determinante del endeudamiento es el tipo de interés real y no el nominal, aparte de las condiciones de mercado para emisión de renta variable y de las políticas de autofinanciacion seguidas".

El cálculo"de la rentabilidad financiera, antes y después de impuestos, permite a los autores valorar la evolución de la imposición sobre los beneficios de las sociedades. "En el análisis realizado se pone de manifiesto la reducción progresiva de los impuestos por peseta de activo neto total, y esto, tanto para los activos según valores contables como para los activos ajustados a precios de reposición; en estos últimos el descenso es aún más pronunciado".

Sin embargo, añaden, "puede ser más indicativa la utilización de la tasa impositiva por peseta de beneficio fiscal, ya que de esta manera se evita la distorsión que causa la existencia de empresas en pérdidas en el análisis de los efectos impositivos sobre la rentabilidad del conjunto de la muestra empresarial".

Igual presión impositiva

Para evitar distorsiones, en el estudio se ha estimado la relación entre los impuestos y los beneficios, deducidos gastos financieros (y antes de impuestos), consolidando solamente a las empresas que declaran beneficios. "De acuerdo con esta medida, y según datos contables, el sector empresarial en su conjunto apenas ha visto alterada la presión impositiva efectiva sobre sus beneficios en los últimos 20 años. Sin embargo, si se excluye de la muestra al sector eléctrico, la presión fiscal se elevó, especialmente a partir de 1976".La relación entre los impuestos y los beneficios contables, después de deducir gastos financieros, fue, para el conjunto de las empresas, del 21% en el período 1962-1981, siendo esta relación del 22% en el período 1973-1981. Los autores resaltan que en el período posterior a la reforma fiscal (1978-1981) esta relación impuestos-beneficios se situó en el 21,6% (es decir, que no aumentó prácticamente). Esto se debe, a su juicio, "a las consiguientes desgravaciones fiscales a la inversión, subvenciones, etcétera".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_