El amor fraterno
El despertar fue, sin duda, un título adecuado para las emociones que los espectadores de 1946 querían sentir a través del cine. De hecho, la película les ofrecía un contacto con los sentimientos más naturales, incluso más elementales.Un niño que ama a un cervatillo parecía, tras la segunda guerra mundial y el siniestro panorama de la caza de brujas que el senador McCarthy empezaba a esbozar, una perspectiva que devolvía al ciudadano medio la ilusión por el futuro y, sobre todo, una justificación del presente. De ahí, que El despertar fuera, en su día, una película de enorme éxito, incluso premiada con algunos oscars.
Las restantes propuestas o se acogían a una amargura excesiva (Los mejores años de nuestra vida fue el título que más premios de la Academia recogió aquel año) o a un ilusionismo que, salvo excepciones, no engañaba ya a demasiadas personas.
El despertar se emite hoy a las 22
05 por la primera cadena. Un rayo de luz, el sábado a las 11.00 por la primera. cadena. Todos eran valientes, el sábado a las 16.30 por la primera cadena.
De alguna manera, de eso se trataba también en el cine español de 1960, cuando Luis Lucia descubrió a la niña prodigio Marisol y rodó para ella Un rayo de luz, que la transformaría en un indiscutible acontecimiento nacional. Ya había triunfado Joselito y los productores vivían en la convicción de que otros muchos niños prodigio resolverían la crisis a que les obligaba la censura de un lado y su propia esterilidad creativa, de otro: no en vano, la mayoría de ellos habían nacido bajo la benefactora sombra de la Victoria y debían acoplarse a los nuevos tiempos bajo aquel prisma heredado. Marisol fue, no obstante, una estrella personal que ha sabido permanecer dignamente en el panorama del cine español al margen de sus contradicciones personales. Su espontaneidad, su buena voz y ese gracejo inevitable de la infancia, la convirtieron rápidamente en el estímulo que precisaban los espectadores españoles del momento.
Sinatra como director
Finalmente, de Frank Sinatra se ofrecerá en televisión la película en la que intervino como director, Todos eran valientes, cuyo resultado amilanó sus ansias de figurar tras la cámara. Si bien el propio engranaje de la industria le ayudó a que su esfuerzo no quedara por debajo de lo que marcaba la media industrial, el público había confiado en que tan famosa estrella desarrollara un trabajo más personal, es decir, menos sujeto a la necesidad de hacer méritos.
El lugar común, la necesidad de demostrar una eficacia elemental y, en el fondo, un planteamiento sobre la vida bastante esquemático, arruinaron la ambición de Frank Sinatra que, desde entonces, no ha vuelto a dirigir película alguna.
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