La Guardia Civil de Barajas intercepta más de siete kilos de cocaína y 282 esmeraldas

Agentes del servicio de información de la Guardia Civil destacados en la aduana del aeropuerto internacional de Madrid-Barajas aprehendieron ayer 7,500 kilogramos de cocaína y 282 esmeraldas, ocultos en el doble fondo de tres maletas y camuflados en bolsas de café. Rafael Natale, ciudadano italiano, de 68 años de edad, y Alfredo Curí, de 60 años, argentino, fueron detenidos como presuntos portadores de los alijos, según informó la Guardia Civil. Los dos detenidos, que viajaban en vuelos diferentes, aseguraron ser empresarios.

Rafael Natali, un hombre de pelo canoso y muy avejentado, declaró ser empresario de un negocio de maderas. Había llegado al aeropuerto de Barajas a las 14.30 horas, en un vuelo procedente de Bogotá (Colombia). Ocultos entre varias bolsas de café colombiano y en el doble fondo de una maleta, la Guardia Civil encontró tres kilos y medio de cocaína pura, cuyo valor fiscal es de 42 millones de pesetas. La mercancía, sin embargo, habría alcanzado después en su venta un valor cinco veces superior, según cálculos oficiales.Natali, italiano, residente en Colombia, ocultaba también en un bolsillo de la americana 282 esmeraldas valoradas en más de tres millones de pesetas.

Empresario arruinado

Rafael Natali declaró que está arruinado y que intentaba introducir la droga y las esmeraldas para recuperarse económicamente. Es un hombre casado y con dos hijos, que fue condecorado con dos medallas en la segunda guerra mundial por su labor en el frente de batalla. Entre sus papeles, la Guardia Civil encontró una invitación personal del Presidente de la República Italiana, Sandro Pertini, para que asistiera a su toma de posesión.

El otro detenido, Alfredo Curí, que llegó a primeras horas de la mañana a Barajas en un vuelo procedente de Buenos Aires, fue interceptado cuando se encontraba ya en el avión que debía llevarle a Amsterdam (Países Bajos). En el doble fondo de dos maletas transportaba cuatro kilos de cocaína pura, que habían sido detectados por la Guardia Civil en el muelle donde se guardan los equipajes entre un vuelo y otro.

Curí, que afirmó también ser comerciante de maderas, aseguró a la Guardia Civil que llevaba la cocaína a un hotel de la capital holandesa, donde le esperaba un contacto que se encargaría de distribuirla. Este detenido se mostró muy tranquilo y en los intervalos de los interrogatorios dormitaba. Los cuatro kilos de cocaína habrían alcanzado, una vez distribuidos, un valor superior a los 200 millones de pesetas.