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La amenaza de la inflación y de tipos de interés más altos ensombrece la recuperación de la economía de Estados Unidos

ENVIADO ESPECIAL, Con una expectativa de crecimiento del producto nacional bruto (PNB) del 7,2% en el primer trimestre del año, que se prolongará con toda seguridad al segundo, la economía norteamericana amenaza con entrar de nuevo en una espiral inflacionista y en un período de elevados tipos de intereses, precisamente como consecuencia de las medidas que necesariamente se tendrán que adoptar para enfriar ligeramente el renovado ímpetu de su actividad.

Las últimas estadísticas facilitadas por el Gobierno norteamericano parecen confirmar los presagios que autorizados expertos anticipaban sobre la desbordada actividad de la economía estadounidense en los últimos seis meses. A un crecimiento récord en el último trimestre de 1983, el PNB estadounidense ha sumado un sensacional 7%-8% (el dato definitivo no está aún confirmado) en los primeros tres meses del año en curso. El índice conjunto de indicadores correspondientes al mes de marzo presagia que el boom puede continuar durante algún tiempo adicional.La cartera de pedidos se muestra muy fuerte. La construcción se ha relanzado como consecuencia del comienzo de nuevas viviendas. El almacenamiento de existencias continúa al mismo nivel que en meses anteriores, el dinero disponible también aumenta y el comienzo de nuevos negocios también es positivo. De los 12 indicadores del estado general de la economía en febrero, siete fueron positivos, cuatro negativos y uno estable. Los negativos se referían a la evolución de los valores bursátiles, pedidos de productos de consumo, pedidos de bienes de equipo y precios de algunos productos.

La creencia entre los expertos es que, pese a la última estadística sobre el índice de paro (se mantuvo en un 7,8% durante el mes de marzo, tras varios meses de caída), la recuperación sigue en curso, aunque con algún indicio de alarma. Uno de los foros que ha levantado su voz ha sido el centro de investigación del ciclo industrial de la universidad de Columbia, que ha advertido que las previsiones sobre inflación no se están cumpliendo y frente al 5% previsto se puede alcanzar el 9% a finales del año.

Razones electorales

Milton Friedman, el famoso monetarista, se había expresado en la misma línea este último fin de semana. Según Friedman, Estados Unidos podría considerarse afortunado si escapa a una inflación del 10% en el último trimestre del año. Otros, como Alfred Kham, que asesoró a la Administración Carter, ha visto razones políticas y electorales en la actual evolución de la economía norteamericana, advirtiendo que la recuperación boyante de estos meses habrá que pagarla después en términos de inflación.En los últimos seis meses, los precios al consumo han experimentado una tendencia de crecimiento superior al 5%, frente al 3,5% en los seis meses precedentes. Si se toma con preferencia un período más dilatado, la tendencia es más alarmante, ya que en 1982 los precios mostraron una clara disminución.

Los motivos de esta evolución pueden ser de diversa índole, pero casi todo el mundo cita dos fundamentales. Por un lado, los tipos de interés, tanto a corto plazo como a largo, están mostrando una clara evolución al alza. La demanda de crédito se ha lanzado. El problema de la financiación del déficit público es permanente, retrayendo recursos del sistema. Por otro lado, el sistema federal de la reserva parece mostrarse indeciso sobre la política monetaria a aplicar en los próximos meses.

El resultado de todos estos factores no sólo se nota en el incremento en medio punto del prime rate (interés preferencial) por parte de algunos bancos -hasta situarlo en el 12%- sino en el convencimiento de que, tal como muestra la evolución a corto de los tipos, habrá que elevarlo aun más para detener, enfriar o congelar la frenética actividad económica norteamericana. Lehman Brothers, la sociedad experta en previsiones, estima que el prime rate puede pasar en cualquier momento al 12,5% o el 13%. Henry Kaufmann, de la firma Salomon Brothers, afirmó que los tipos de interés subirán en el año próximo hasta el 15,25%.

La Administración de Ronald Reagan contempla con preocupación los datos sobre la balanza comercial y el déficit exterior, ante el temor de que la pérdida de competitividad de la industria, que revela su fuerte aumento en los últimos años, termine por influir directamente en la actividad y en el nivel de empleo.

Déficit comercial

El pasado mes de febrero, por ejemplo, la balanza comercial norteamericana registró un déficit récord de 10.100 millones de dólares en un solo mes. La cifra hay que sumarla a la de 9.500 millones del mes de enero y un déficit comercial de 63.500 millones en 1983.Este déficit comercial ha comenzado a tener un doble efecto en Washington. Por un lado, se señala que la Administración Reagan tendrá que hacer algo para detener el alto valor del dólar, causa fundamental de este déficit. Por otro, se encuentra la reacción del Congreso a estas cifras, materializada en una renovada campaña para imponer barreras arancelarias que inviertan una tendencia ya crónica en el sector exterior. En cuanto al dólar, en medios financieros neoyorquinos se asegura que el suave descenso experimentado en los primeros meses de este año es insuficiente para detener la tendencia al empeoramiento de la balanza comercial.

El problema se situaría, entonces, en la necesidad que tiene la Administración Reagan de mantener alto el valor del dólar con el fin de atraer capital extranjero ante la perspectiva de un buen rendimiento.

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