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España y el tráfico internacional de drogas

El primer centro de recepción es Barcelona

Milagros Pérez Oliva

"Hemos encontrado ramificaciones mafiosas incluso en España", dijo el juez instructor de Palermo, Giovani Falcone, en unas recientes jornadas tituladas Europa contra la droga, organizadas por el Grupo parlamentario Comunista del Parlamento Europeo en la ciudad italiana de Módena, los pasados 9 y 11 de marzo. En las sesiones se habló también de la italianización de España, y se citó como ejemplo más reciente el caso Bardellino.

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En aquellas jornadas se puso de manifiesto que el tráfico de droga, particularmente de heroína, actúa como una multinacional a la que los Estados no pueden hacer frente por sí solos, pues se aprovecha de la libertad de mercado que impera en la mayor parte de Europa y de todas las ventajas de una economía que ignora las fronteras nacionales. España es un eslabón más de la cadena, con una doble condición: como un extenso mercado a conquistar y como un lugar de tránsito hacia otros mercados.Uno de los casos más recientes de la implantación de la delincuencia italiana en España fue la detención en Barcelona de Antonio Bardellino, Tonino, jefe de uno de los clanes de la Camorra napolitana, a quien las autoridades policiales de su país le atribuyen ser el máximo responsable de la distribución en Europa de droga procedente Suramérica. La denominada conexión española es ya un hecho y no sólo se trata de un país de tránsito.

Actualmente, esos mercados son Portugal y, en un futuro no muy lejano, los países del norte de África. De la misma forma que en la década de los sesenta se inició la expansión de la heroína en EE UU, y en la década de los setenta en Europa, en la presente se está introduciendo en los países del Tercer Mundo.

España es, en estos momentos, un importante mercado receptor de heroína, precisamente la droga que genera un mayor problema de inseguridad ciudadana, pues afecta mayoritariamente a las capas de población más desprotegidas y crea un tipo de adicción física imposible de superar si no es con ayuda médica. El espectacular incremento de consumo de droga registrado en las zonas urbanas de Madrid, Barcelona y Bilbao en los tres últimos años es similar al que se ha producido en otras ciudades periféricas, en el sistema de expansión que está siguiendo la droga en Europa, como puedan ser Dublín o incluso Varsovia, que se ha convertido en el principal foco emisor hacia los países del Este.

Aunque no existen estadísticas precisas, se cree que en España hay en estos momentos unos 80.000 drogadictos. Muy cerca ya, por lo tanto, de los 100.000 de Francia y en el camino de alcanzar los 300.000 de Italia. Éste es el país que ha sufrido de forma más dura la embestida del tráfico de drogas y donde se encuentra en estos momentos su mayor centro de operaciones. La Mafia siciliana, con importantes incrustaciones norteamericanas, controla en la zona de Palermo el 50% del tráfico mundial y el 70% del que se dirige hacia Estados Unidos.

Lugar de tránsito

droga considerada de elite que se produce en su -mayor parte en países suramericanos, es algo más sinuosa, según los expertos.

Uno de los indicios del itinerario que sigue el tráfico de heroína es precisamente la mortalidad que provoca. El proceso de adulteración es tan largo e intenso que en los puntos de destino apenas sí tiene un 10% de pureza. Los esporádicos incrementos de mortalidad por sobredosis, como los registrados recientemente, son consecuencia de los ajustes en el proceso de expansión.

Cuando se registra una escasez en alguno de los mercados de tránsito, se destinan al consumo partidas de heroína inicialmente destinadas a otros puntos más lejanos. Estas partidas desviadas tienen un mayor índice de pureza que las previstas para esa zona. Se producen entonces muertes por sobredosis, no porque el drogadicto se haya inyectado más, sino porque la misma cantidad es más pura, y él no puede saberlo.

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