Los socialistas toman el control de la UGT, segunda central sindical portuguesa

El tercer congreso de la UGT, celebrado el pasado fin de semana en Lisboa, ha consagrado institucionalmente el predominio de la tendencia socialista sobre la socialdemócrata, hasta ahora representadas paritariamente en el secretariado nacional de la central. A nivel estrictamente sindical, la UGT anuncia un endurecimiento de su oposición dialogante a la política social y laboral del Gobierno.El socialista Torres Couto, reelegido secretario general por 812 de los 1.022 delegados que tomaron parte en la votación (unos 1.300), ha exigido al Gobierno el retorno a una "política de desarrollo" que permita luchar contra el paro, que, según la UGT, afecta ya al 12% de la población activa, la rápida solución del problema de los salarios atrasados, "que provoca situaciones de miseria en los hogares de muchos trabajadores", y condena las tentativas de revisión de la legislación laboral.

La UGT se plantea, por primera vez, la convocatoria de una huelga nacional para impedir la alteración de las leyes de huelga. Sobre el tema de los despidos, y a título personal, Torres Couto, que es diputado socialista, anunció que renunciaría al mandato el día en que fuera presentado en el Parlamento el proyecto sobre revisión de la legislación laboral.

Directa o indirectamente, el problema de las relaciones entre la central reformista y los partidos socialista y socialdemócrata y, a través de éstos, con el poder ejecutivo, ha dominado casi completamente el congreso de la UGT.

Con unos 500 compromisarios, de un total de 1.300, los socialdemócratas (PSD) han negociado con los socialistas una nueva distribución de los cargos del secretariado nacional (13 contra 17), que rompe con la paridad establecida en el momento de la fundación de la central, como una ruptura con la CGT-Intersindical (mayoritariamente dominada por comunistas y extrema izquierda).

Corriente socialdemócrata

Pero una corriente socialdemócrata (encabezada por el ex presidente Miguel Pacheco y Antonio Cabecinha, líder de la Tesiresd -tendencia sindical reformista y socialdemócrata-) defendió ante el congreso una oposición intransigente a la injerencia de los partidos en la vida sindical.Michel Pacheco abandonó el congreso el primer día. Y la Tesiresd, antes de la elección de la nueva dirección y después de que Antonio Cabecinha retirase su candidatura a la presidencia de la UGT, obtuvo el apoyo de centenar y medio,de delegados contra el candidato oficial, Pereira Lopes, del PSD.

Torres Couto, que reforzó su posición de líder, tuvo que dedicar parte de sus intervenciones a justificar la acción seguida por la central y prometer una lucha más intransigente contra el Gobierno, en defensa de "todos los trabajadores portugueses. Pero también clara fue la constatación de que la implantación predominante de la UGT se registra en los sectores de empleados y servicios, mientras que se mantiene su débil representatividad en los medios obreros, de la industria y del campo, en los que la CGT continúa siendo hegemónica.